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Mostrando entradas de agosto, 2022

La culpa la tuvo una alcachofa

Sí, así fue. Ocurrió hace aproximadamente un mes comiendo un plato de  Cynara scolymus.  Vulgarmente, alcachofas. El susto fue importante. Lo curioso es que fue el último bocado el que desencadenó todo.     Un plato de alcachofas salteadas con un poco de aceite de oliva, y ya. El plato casi acabado, un último trozo de alcachofa camino de mi boca y… azul. Imagen de djedj en Pixabay     ¿Habéis saboreado el azul? Yo hasta ese momento tampoco. Al meterme el último trozo de alcachofa en la boca algo ocurrió. En una fracción de segundo vi el campo de cultivo donde habían recogido la alcachofa, sentí en la piel el calor y la brisa que hacía ese día, oí el sonido del campo alrededor, los pájaros, las ramas de un arbusto cercano y la respiración de quien estaba recogiendo los frutos. Olí la tierra. Sin embargo, lo que más me impacto fue que el sabor era azul, con algún tono violeta y una pizca de añil.     Pensé que había sufrido algún tipo de ilusión o, tal vez, de alucinación. Eran días de m

May the ´Darth´ side of the Science be with you.