Ir al contenido principal

Entradas

Y....¿por qué?

Y….¿por qué?

Pues por tres razones simples: Star Wars, la ciencia y el mal. Está muy claro, ¿no?. No, seguramente  no, así que supongo que a los que estéis aquí os parecerá bien que me explique un poco más.     Star Wars, fue mi primer contacto con el espacio, las naves, Darth Vader, Leia y R2D2. Cada uno me aportó una cosa distinta. Salí del cine feliz. Tenía 4 años y desde entonces me han acompañado la fuerza y el lado oscuro de la fuerza. Sí, el lado oscuro también. No hay luz sin oscuridad.      La ciencia llegó más o menos por la misma época. Mi abuelo había sido marino y había recorrido medio mundo. Le encantaba la física, la astronomía, y los barcos. Lo primero que me enseñó fue cómo rotaba la Tierra alrededor del Sol. Y siempre me dejaba hacer experimentos, que normalmente ensuciaban, explotaban o quemaban. Nos divertíamos muchísimo.      Y esto enlaza con el mal, porque la verdad es que hacer explotar cosas creo que en todos provoca algún tipo de reflejo atávico, que desconozco si es m
Entradas recientes

Divergencia de opiniones

  En cualquier lugar - ¿Has visto? Xilú es especial, apenas tiene un año y ya te mira como si se fuera a arrancar a hablar y darte un discurso. Me maravilla, desde que nació noto que tiene algo distinto. - Si tú lo dices. Es un bebé, yo no veo nada especial.  - ¡Tú no eres madre y no lo entiendes! - Será eso. Un año después - ¿Has visto? Cuando el resto llora, Xilú calla. Es muy especial, se mueve con calma y su primera palabra ha sido: música. Le encanta oír música.  - ¡Qué bien! Es muy bueno que le guste la música, pero que no llore cuando lo hace el resto... - Eso es porque ha madurado antes que el resto.  - Claro, claro.  Otro año después - ¿Has visto? Xilú es especial, habla lo justo, se sienta a ver la televisión y puede ver un programa de debate sin hablar, alerta y en silencio. A veces creo que está reflexionando sobre lo que dicen. Pone una cara muy graciosa cuando lo hace. - ¿No crees que eso es poco frecuente? Sólo tiene tres años.  - ¡No es raro, es especial! - Vale, vale.

El síndrome de la ficción

¿Qué diríais si os cuento que existe un fenómeno que se puede denominar  síndrome de la ficción ? No, no se trata de estar inmerso en una vida de ficción o de leer literatura de ficción. Se trata de un fenómeno creado por algunas corrientes de pensamiento relacionadas con el postmodernismo.        En palabras de Agustín Arrieta, profesor de filosofía de la Universidad del País Vasco, se trata de una inflación del concepto de ficción. Esta inflación da lugar al menosprecios de los valores asociados a la ciencia como la verdad, la consistencia, la evidencia, la objetividad, la búsqueda de la neutralidad y la objetividad. Concibe la actividad científica como una especie de ficción que carece de los valores propios de la ciencia y siembra la duda sobre ellos. Los seguidores de esta corriente de pensamiento entienden la ciencia como una narración de ficción carente de valores y evidencias. Los datos no importan y la aspiración para lograr la verdad no tendría importancia para la ciencia,

La mujer del sombrero

Se esfumó y no fue por decisión propia.        Acudió con ilusión a aquella reunión, tenía problemas, como todo el mundo, pero seguro que contarlos sería un alivio.       En la confianza que daba el grupo liberó algunos de esos problemas. Nada especial, alguna factura impagada, la última ruptura amorosa, la soledad del día a día y la enfermedad a la que se enfrentaba.       ¡Enfermedad! Ese fue el instante exacto en el que se activó el mecanismo automático de borrado. Nadie se percató y, por eso, pudieron continuar con la charla intrascendente. Todo el mundo parecía comprender y apoyar a Heine. ¡Qué falsedad! Ya se había activado el proceso. Heine lo percibió en sus miradas, cada vez más esquivas.      Los días pasaban y Heine se iba difuminando en sus mentes, como el recuerdo de un sueño a los pocos minutos de despertar.      Era un mecanismo de defensa contra la incomodidad que suponen los otros, un sistema infalible de borrado de las molestias de la vida. Heine desaparecía como en u

¡Suspenso en pintura!

29 de febrero de 2024. Un salón de una casa - ¡Aita, me ha suspendido el cuadro! - ¡Qué dices! Si es una chulada.  - Me ha dicho que no he hecho lo que nos ha pedido. ¡Que es ridículo lo que he pintado! - ¡Perdona! Flipo. El tema estaba claro y lo que tú has pintado es lo que os pidió. Me parece que no lo ha entendido. - Eso le he dicho, y se ha enfadado. No se lo he dicho a malas, al revés, quería aclarárselo.  - Y ¿qué te ha contestado?  - Me ha gritado que no tengo ni idea de arte, que mi dibujo no tiene ningún tipo de interés y, además, que no me he ceñido al tema. - ¡Imposible! Ya te conoce, ¿no? No es el primer cuadro que pintas para sus clases. - Claro que me conoce y el anterior le pareció magnífico, por eso creo que se ha enfadado. Supongo que piensa que he hecho el vago, que lo he pintado a todo correr y sin ganas.  - Vamos a ver, que yo me entere. Sabe que pintas bien y se lo has demostrado, entonces no entiendo el cabreo. ¿Sabe que te gusta el espacio, la astronomía y la ex

Circunstancias y omisiones

A lo largo de la historia las mujeres han sido olvidadas, omitidas e incluso silenciadas. No se ha contado con ellas salvo cuando ha sido necesario de forma imperiosa, es decir, en periodos de guerra. Por ejemplo,  a  Rosalind Franklin le tocó vivir la Segunda Guerra Mundial. No es una situación habitual y ¡menos mal!      Sin embargo, es curioso como, durante el tiempo que duró la guerra, las mujeres casi pudieron acceder al mundo de la ciencia sin ninguna limitación. No se trató de una apertura definitiva, pero sí permitió un cambio en el modelo de pensamiento y que se asentaran las bases para el feminismo de los años posteriores.       Mujeres como Rosalind Franklin, Lise Meitner o Hé Zehuì  hicieron ciencia durante el periodo de guerra. Sin embargo, no todas con la misma fortuna, lo que demuestra que, a pesar de que por un tiempo efímero las mujeres fueron equiparadas a los hombres, fue solo un momento.      En la Segunda Guerra Mundial la sociedad se tuvo que reorganizar para co

La esencia del pánico

Un domingo cualquiera y una sala de cine. La película ni siquiera tiene importancia, lo relevante fue la necesidad de huir.      Una escena simple, sin nada especial, ni relevante, ni emotivo, ni duro, ni interesante. Una sencilla escena con dos protagonistas hablando. Un diálogo insulso, sin potencial para crear pánico, ni siquiera tristeza o emoción de ningún tipo.       Una esencia llegó hasta su nariz, almizclada, con notas de madera y seca, muy seca. Su cerebro viajó a miles de días en el futuro, una imagen de apocalipsis, dolor y necesidad de huir se formó en su cabeza con tanta nitidez que hubiera asegurado que acababa de ver un mal augurio del día de mañana. Imagen de Geralt Altmann      Tan rápido como la imagen llegó, se fue, no así el olor. El aroma del pánico a un apocalipsis anunciado y terrible fue su compañero un tiempo. Una esencia que tuvo adherida a su mente y que no era capaz de eliminar. Tardó dos años en volver a pisar una sala de cine.       Hoy ha vuelto a olerla

El sonido del frío

¿Sois capaces de oír el frío? ¿Olerlo? Alguien habrá contestado afirmativamente a alguna de las preguntas, ¿no? Si me lo permitís me gustaría contaros que yo sí lo oigo, aunque igual es más correcto decir que no oigo nada cuando hace mucho frío.        No, no se trata de que tenga un problema auditivo, al contrario, tengo mala vista, pero muy buen oído y olfato. En su día os conté que huelo el calor y hoy os quería contar que oigo el frío.      Os pongo en antecedentes, vivo en la costa, en un lugar desde el cual, las noches con fuerte oleaje, cuando el ruido diurno cesa, se oyen las olas como un rumor constante de fondo. A mi alrededor hay muchísimos árboles y arbustos que al más mínimo roce del viento murmuran, y que en los días de lluvia crean una sinfonía de golpeteos, choques y roces.       No es raro que se produzcan galernas repentinas, acompañadas con grandes estruendos que, suelen agitar las ramas de los árboles como si estuvieran danzando al compás de un ritmo endemoniado. E

Petra

Se llamaba Petra, el nombre se lo habían puesto en honor a su bisabuela, sin embargo, nadie la conocía por ese nombre. Si alguien se quería dirigir a ella la interpelaba llamándola Ysi .        Cuando su familia se enteró de que su nacimiento se acercaba, empezaron a especular, la incertidumbre les poseía y, continuamente, en sus labios había un  “¿y si…?”      Dudas, miedos, tensión y total falta de certeza, lo normal. Sin embargo, llevados por ese pensamiento de desconocimiento del futuro de Petra, en todo momento murmuraban: “¿y si no nace sana?, ¿y si no le gusta estudiar?, ¿y si no sabemos cuidarla?” … Tantos  “¿y si…? ”, se pronunciaron aquellos meses que cuando su bisabuela le vio la carita, sonrió para sí misma. Tenía la absoluta certeza de que sería una mujer fuerte, segura y que haría algo en el futuro con tanto  “¿y si…?”  que iba a oír a lo largo de su vida.       Fue su bisabuela la que decidió que, dado que ella todavía estaba viva, para evitar confusiones, llamarían a la

darthscience666

May the ´Darth´ side of the Science be with you.