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Descubriendo a Betty Molesworth

Betty Molesworth surgió en una conversación, en concreto, de botánica. Estábamos Eduardo Bazo y yo enzarzados en una charla muy amena, como son siempre las charlas con Eduardo (@loeflingia). Mencionó el tema de las mujeres que han hecho contribuciones a la ciencia y al conocimiento que resultan muy relevantes, pero que a menudo olvidamos o ni siquiera conocemos. Betty Molesworth está entre ellas.


Ilustración de Ane Laburu


    La busqué, pero no había mucha información sobre ella. Le pedí ayuda a Eduardo porque quería saber más. Me envió el artículo que había publicado en Hidden Nature y, cuando empecé a leer la historia de Betty, pensé: «Me habría encantado que fuera mi abuela. ¡Qué mujer más intrépida, peleona y generosa!»

Imagen de The British Fern Gazette

    Y así fue como surgió la idea de empezar a investigar sobre la vida de Betty Molesworth. Me resultó interesante desde el principio y, poco a poco, fui descubriendo su vida. De esa forma supe que en el mundo de la botánica es llamada, en muchas ocasiones, la Reina de los Helechos. Para entenderlo tendréis que seguir leyendo.
    La vida de Betty Molesworth fue una vida de viajes, descubrimientos, naturaleza e interés por investigar y aprender. Todo comenzó hace más de un siglo en Nueva Zelanda y desembocó en Cádiz, concretamente en la villa de Los Barrios.

Imagen propia

    ¿Cómo fue ese viaje? Intenso, lleno de aventuras, conocimiento, generosidad y curiosidad. Betty nació en Opotiki (Nueva Zelanda) el 21 de julio de 1913. Sus padres, Arthur y Nellie, eran aficionados a la naturaleza. Arthur a la ornitología y Nellie a la jardinería. Betty solía ir con su padre a avistar aves y con su madre se dedicaba a las plantas y flores. Es comprensible que dedicara su vida a buscar las maravillas botánicas que la naturaleza nos tiene reservadas.
    Betty quería estudiar y aprender, pero lamentablemente, en su infancia y su juventud no gozaba de buena salud. Sufrió polio, tuberculosis y cáncer.
    Sin embargo, esa circunstancia no fue ningún obstáculo para hacer de ella una buena científica. No pudo graduarse en la universidad pero su búsqueda de respuestas le llevó a investigar y aprender sobre el mundo vegetal. Tenía ganas y mucho interés.
    Por fortuna, Betty se cruzó con la Doctora Lucy Cranwell Smith, que era la conservadora botánica en el Museo de Auckland. Con ella, Betty descubrió la biología sistemática y pasito a paso llegó hasta el taxón pteridophyta, que es lo comúnmente llamamos helechos.

Archivos de Auckland Museum

    Su buen hacer y hizo que trabajara en el museo de Auckland entre 1944 y 1947. Allí desarrolló una gran labor con las colecciones que realizó para el herbario. 
    Con su experiencia, consiguió una beca de la Universidad de Basilea en Suiza para estudiar la flora de las islas del Pacífico. Sin embargo, no completó la beca ya que conoció a Geoffrey Allen, un ornitólogo aficionado. En 1948, se casaron y viajaron por Malasia, Borneo, Tailandia y por todo el sudeste asiático publicando sus observaciones.

Recorte del Straits Times Singapore

    En un artículo de The Times, en 2002, Betty contaba que, en aquella época, no se preocupaban mucho por mantener relaciones con el resto de extranjeros que vivían en Singapur y les excluyeron de la vida social. Lo bueno de aquella situación es que la ciencia se benefició, ya que tuvieron más tiempo para dedicarse a sus expediciones.
    En la misma publicación, Betty contaba que una unidad del ejército británico en 1990 había tenido problemas en el Monte Kinabalu en Borneo. Ella decía que no tenían derecho a quejarse, que tenían senderos, escalas y que no se habían molestado en recoger ni un helecho.
    Estas palabras reflejan el gran interés de Betty por los helechos. Recorrió caminos complicados y peligrosos en su afán por conocer más sobre estos fascinantes vegetales. Sus ganas de aprender no le impidieron seguirlos a pesar de las dificultades que presentaban.
    Durante esos años Betty trabajó para el Jardín Botánico de Singapur, junto con el director del jardín, Richard Eric Holttum. Recolectaron una gran cantidad de especímenes, muchos de los cuales se encuentran ahora en el Museo Smithsonian.

Betty en Singapur 1961 ResearchGate


    La vida en el sudeste asiático en los años 60 no era sencilla, ya que había un gran número de guerrillas activas en la región, lo que hizo que fuera difícil moverse con libertad. Betty y Geoffrey querían seguir estudiando los helechos, por lo que decidieron mudarse a un lugar más seguro.
    ¿Cuál eligieron? Los Barrios, en Cádiz. Curioso, ¿verdad?. Hay un par de razones por las que Betty y Geoffrey se decidieran por esta villa. La primera es que, según Betty, en Los Barrios había mucho por explorar. La segunda, que es mi opinión, es que existía alguna vinculación entre la familia de Betty y Andalucía. ¿Por qué lo creo? Porque una de sus tías se llamaba Andalusia.
    Allí, Betty y Geoffrey, encontraron una combinación perfecta para disfrutar de la naturaleza, buscar plantas y fotografiarlas. 
    Betty vivió en una casa en la carretera que une Algeciras con Jerez de la Frontera. Esta ubicación le dio la oportunidad de explorar las inmediaciones, incluyendo lo que más tarde se convirtió en el Parque Natural de los Alcornocales.

Río Hozgarganta Wikimedia Commons

    Una historia curiosa sobre sus paseos es que en el siglo XIX se había desechado la presencia del Arisarum proboscideum (no se trata de un helecho) en la zona. Sin embargo, Betty lo encontró en 1965. Esto llevó a algunas discusiones con otros botánicos, que cuestionaron su educación y su género. Sin embargo, Betty lo había encontrado, y tenían que admitirlo.
    Su gran descubrimiento fue encontrar el helecho Psilotum nudum cerca de Algeciras. El artículo de Betty, informando sobre su hallazgo, fue publicado en la revista The British Fern Gazette en 1966. Había encontrado una colonia de este helecho en la grieta de una roca. En ese momento llegaron a decir que ella misma había traído la planta desde Malasia.

Fuente: gibf.org


    Betty Molesworth es una de esas mujeres que han pasado desapercibidas para muchos, entre los que me incluyo, si no fuera porque, como os he contado, Eduardo Bazo me habló de ella. No es una mujer muy conocida, sin embargo, cuenta con el reconocimiento científico y civil que se merece.
    En 1991 fue nombrada hija predilecta de Los Barrios, donde había explorado la belleza del entorno, los paisajes y la flora.
    Los trabajos que realizó en Cádiz pueden considerarse los inicios para la creación del Parque Natural de los Alcornocales. Y, en reconocimiento a su tarea, en 1995 se inauguró el parque Botánico Betty Molesworth. Lo cierto es que en la actualidad parece que no está todo lo bien cuidado que Betty se merece.
    En 1995 la Sociedad Linneana de Londres reconoció su labor naturalista con el premio HH Bloomer award y, en la New Zealand Women in Science, está incluido su nombre junto con el de las más notorias investigadoras y científicas de su país de origen.

    Durante sus años de exploración, recorrió mucho mundo, y de forma totalmente desinteresada, envió muchísimos ejemplares de las plantas que recolectaba con cuidadosas anotaciones llenas de información a numerosas instituciones.
    Tras una vida dedicada a las plantas y, en especial, a la botánica, falleció en 2002. Sus restos descansan en Los Barrios.
    Aprovecho que hoy sería su cumpleaños para invitaros a que pongáis una florecilla en su honor. Lo podéis hacer aquí. Como curiosidad os diré que cuando comencé a conocer a Betty había una única florecilla que dejé en su honor. Unos meses después he conseguido que haya alguna más.
    Espero que ahora que la conocéis, os animéis y le dejéis más. Creo que se las merece. Y si en algún momento en vuestro caminar os encontráis con un helecho, acordaros de Betty Molesworth, la Reina de los Helechos.

Agradecimientos:

A Ane Laburu por dedicar un rato de su adolescencia a ilustrar a Betty.
A Eduardo Bazo Coronilla que, con sus palabras, hizo que me picara el gusanillo y quisiera conocer a Betty.  Eduardo es un gran conocedor del mundo vegetal y os animo a que leáis sus obras. Podéis encontrarlos en este enlace.

Referencias:

Sonia Fernández, La reina de los helechos, Betty Molesworth, Mujeres con ciencia, en Vidas Científicas, 26 de abril de 2023

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