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¡ÑAM! 6

 Ésta es la última entrada de la saga ¡ÑAM! Espero que, al igual que yo, hayáis aprendido cosas que os resulten útiles a la hora de elegir lo que vais a comer.

    Hemos aprendido de alimentos, de alimentos biofuncionales, de estrategias de venta, de bichos, de bebidas energéticas y lo malas que son. Y para acabar hoy tocan envases.

    En los últimos años han aparecido muchos envases diferentes, desde los que quieren proteger el medio ambiente, biodegradables, hechos de materiales que se desintegran fácilmente, reutilizables, hasta los que permiten calentar o congelar y entre ellos de los que os voy a hablar hoy: los envases activos y los inteligentes.

    A lo largo de los años hemos cambiado nuestra forma de consumir. Ya vimos como AECOSAN se preocupa de que nuestros alimentos estén vigilados y que cumplan las normas. Pero los hábitos de consumo han cambiado, necesitamos envases con mayor perdurabilidad, ya que no solemos ir al mercado a diario a hacer la compra. O envases que nos informen de lo que contienen. Algunos son auténticas biblias que no hay quien se lea. Bueno pues entre ellos están los envases activos. 

    Los envases activos están encargados de proteger el producto que contienen y darle una mayor durabilidad. Esta claro que solemos comprar productos que nos faciliten su conservación y su consumo. Y en los últimos años ha aparecido un tipo de producto que es cómodo: las verduras y ensaladas envasadas.





    Normalmente estos envases están preparados con una serie de productos activos en su interior que permiten que los alimentos que contienen se conserven y mantengan la frescura mucho más allá de lo que el mismo producto sin este envase duraría. Y, si la memoria no me falla, están envasados en atmosfera protectora. Esto hace que su sabor no sea exactamente el mismo que el de las verduras frescas, pero eso no significa que sean peores. 


    Pero los nuevos envases también tienen otra vertiente, los envases inteligentes. Me hubiera encantado poder enseñaros algunos de los que he visto que se pueden usar, pero en mi cacería de productos por los supermercados de mi entorno no he sido capaz de localizarlos. Algunos a través de un cambio de color de la etiqueta advierten de si el producto está a la temperatura adecuada o está en condiciones de consumirse. Una vez probé un café autocalentable, el café no era muy bueno, pero poder tenerlo caliente sin necesidad de nada más que el envase es una pasada.

    En cualquier caso he encontrado alguno de ellos en el supermercado y uno en mi nevera😋.




    En todos los casos lo que tenemos a la vista son los codigos QR. En el primer caso, ya que no se trata de ninguna indicación para el consumidor, intuyo que se trata de la información del producto y del precio de cara al paso por caja. Los otros, sin embargo, están dirigidos al consumidor ya que lo que hacen es ampliar la información sobre uno de ellos (no vamos a hablar hoy del colageno que aparece en el producto) y en el otro, nos aporta recetas relacionadas. 

    Ya veis que en cuanto a envasado y etiquetaje también han cambiado las cosas en los últimos años. La industria alimenticia o alimentaria ha evolucionado y nuestros hábitos de consumo también. Tenemos por un lado unas garantías sanitarias estupendas, y por otro, una gran cantidad de productos que nos ofrecen, que aunque son legales no nos aportan demasiado. Así que os recomiendo que seais unos comsumidores conscientes y espero que lo que os he contado a lo largo de ¡ÑAM! os sirva para ello. 😊


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May the ´Darth´ side of the Science be with you.