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Microbichitos 🦠 versus Antibióticos 💊 (fight)🥷

Últimamente oigo hablar mucho de ‘bacterias superresistente’ (si pincháis en este enlace la OMS indica cuáles son) y mal funcionamiento de los antibióticos .¿Debe preocuparnos? Pues parece que sí. Así que voy a intentar explicaros a qué se debe este proceso y si hay alguna forma de solucionarlo. El mal uso de los antibióticos ( en este documento de la FAO,  ¿Cómo actúan los antibióticos? lo cuentan con detalle) durante años y la capacidad de las bacterias de comunicarse entre sí han hecho que se hayan vuelto resistentes a los antibioticos que llevamos usando casi un siglo. ¿Estamos hablando del fin del modelo?. ¿Quiere esto decir que las infecciones bacterianas, que hasta hace poco se podían resolver con un antibiótico, se han vuelto resistentes? Y ¿ahora cómo lo resolvemos?

     Hemos conseguido desarrollar antibióticos que acaban con las bacterias más comunes, sin embargo, las más duras se resisten.  La cuestión es: ¿cómo se convierte una bacteria en ‘superresistente’? Parece que la sobrexposición a los antibióticos tiene la culpa. Durante muchos años los antibióticos han sido de uso común y en muchos casos no era necesaria receta médica para adquirirlos, esto ha dado lugar a una automedicación que era innecesaria. En definitiva, que hemos atacado a las multiples bacterias que tenemos de forma natural en el cuerpo y, hemos usado agentes externos (antibióticos) para ello. Pero no lo hemos hecho bien y las hemos sobreexpuesto. Así que ellas han aprendido a resistir. ( En este artículo  podéis encontrar una descripción detallada de alguna de ellas)
    ¿Como se vuelven inmunes a los antibióticos? Los antibióticos funcionan atacando diversas regiones de las bacterias como la pared y la membrana  bacteriana o impiden que la bacteria sintetice proteínas y ácidos nucleicos. Es decir, impiden su desarrollo y reproducción. Pero entonces ¿qué pasa con las ‘bacterias superresistentes’ ? Las bacterias tienen dos mecanismos ante los antibióticos. El primero es la resistencia intrínseca que la célula  posee sin necesidad de exponerse al antibiótico. El segundo es la resistencia adquirida, que se produce por mutaciones en la bacteria. (En este link tenéis información detallada de la  resistencia bacteriana) Pero no queda ahí, ya que además pueden realizar un proceso de  conjugación bacteriana. Consiste en que una bacteria a través de un ‘puente’ se conecta con otra. Usando este puente puede trasmitir una copia del plásmido que le hace resistente a los antibióticos. Así que ya tenemos dos bacterias resistentes. Lógicamente este proceso no para, por lo tanto tendremos más bacterias resistentes. Además al ser más resistentes se multiplicarán con más facilidad.  Si queréis conocer cómo funciona exactamente el mecanismo os dejo el link de la charla que dio Ignacio Lopez-Goñi en Naukas.  Yo soy una de las bacterias que recibe el plásmido con genes de resistencia a los antibióticos. 😉


    Ahora que ya nos hemos hecho una composición de la situación ¿cómo lo resolvemos?. Las bacterias, al igual que el resto, tienen sus propios depredadores, los bacteriófagos. Gracias a las aportaciones de Twort y d’Herelle los conocemos. Se trata de virus que pueden parasitar a la bacteria y acabar con ella. Al ser virus tienen que vivir en el interior de una célula, en este caso en el interior de las bacterias y con ello participan de la vida de éstas. En el interior pueden realizar varios procesos, pero el que nos interesa a nosotros es el proceso en el cual el virus está en el ciclo lítico. En este caso al estar dentro de la bacteria, el virus comienza a replicarse hasta que la ‘revienta’. Al romper la estructura todos los virus que estaban en el interior de la bacteria se diseminan afectando a otras. Así que tendríamos una bomba expansiva de virus que podrían acabar con las superresistentes. Existen varias investigaciones al respecto y parece que podría ser viable el uso de microbios (virus) para luchar contra las infecciones. 
     En una de estas investigaciones están analizando la viabilidad del uso de bacteriófagos. Para ello están utilizando las técnicas CRISPR de edición genética. 
    La técnica CRISPR fue descubierta en las bacterias. De hecho es la técnica que utilizan las bacterias para defenderse de los virus. Éstas guardan pequeños trozos de ADN de los bacteriófagos en su interior. Uniendo estos trozos a una enzima pueden reconocer y cortar los genes del virus atacante.
    El laboratorio Van Pijkeren está desarrollando un método para atacar a las bacterias que se nos resisten. Se trata de llevar un mensaje CRISPR específico hasta las bacterias. De esa forma se impediría que pudieran utilizar el mecanismo de edición de genes para protegerse y además evitar que se pudiera producir después la conjugación bacteriana.
    El problema radica en cómo conseguir llevar estos pequeños mensajes, hasta las bacterias diana, sin que se dañen. Al entrar en contacto con nuestro estomago los jugos gástricos los romperían. Así que parece que el plan es introducirlos en bacterias probióticas, inocuas y que las podamos ingerir.
    Por lo tanto, tenemos bacterias buenas con virus modificados con técnicas CRISPR que son aniquiladores de bacterias resistentes. Ni en la mejor novela de ciencia ficción😉
    En el ámbito alimentario también se está investigando el uso de los bacteriófagos para evitar la contaminación con E.coli, Salmonella o Listeria. En en este artículo explican el posible uso para desinfectar verduras. En general son las que consumimos crudas y por ello presentan más riesgos para nuestro organismo. 
    Claro que todo no es tan sencillo como parece🤷🏻‍♀️. Los bacteriófagos también pueden presentar riesgos en caso de no estar perfectamente controlados. Ya que pueden contener genes indeseados que podrían ser perjudiciales para nuestra microbiota.
    Por cierto si queréis conocer las técnicas CRISPR, os recomiendo la lectura de : editando genes



Referencias:

Bacterias superresistentes

Bacteriofagos

Ignacio López-Goñi en Naukas

Pastilla CRISPR

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May the ´Darth´ side of the Science be with you.