Seguro que pensáis que os vengo a hablar del último caballero nombrado por la Reina de Inglaterra. Pues no, os voy a hablar de gripe. Como me imagino que estáis hasta el moño del SARS-Cov-2, os voy a contar cosas de la gripe. Claro que tampoco va a ser de cualquier gripe😋,va a ser de la Gripe A (H1N1).
¡Ahora!, ¿para qué?. Pues para explicar qué es SIR y qué es Ro. Y sí, la realeza británica va a quedar fuera del asunto.
En junio del 2009 se declaraba la gripe A (H1N1) como pandemia. No por los casos sino por la expansión que tuvo y porque en ese momento se puso de moda eso que llevais oyendo desde que empezó la actual pandemia: el modelo SIR y el Ro. Aunque la primera aplicación se hizo en 1952.
Bueno pues el asunto fue que se detectó un caso en Mexico que no cuadraba mucho con una gripe tardía, y saltaron las alarmas. La OMS decretó el 11 de junio ´pandemia en curso`, que no significa que tenga un alta mortalidad, pero sí una gran expansión. Lo curioso del caso es que mientras ahora nos turran con el Ro, parece que se puso de moda en ese momento. Si tenéis tiempo y os apetece os recomiendo que leáis esto. Es largo, pero me ha aclarado muchas cosas. Por si estáis más entretenidos con los juguetes que os han traído las Reinas Magas, os hago un breve resumen. 😉
El cálculo del número reproductivo básico (Ro), de la que ahora parecemos todos expertos, se basa en un modelo matemático, llamado SIR. Para poder realizar la estimación de Ro, hay que tener en cuenta 3 grupos poblacionales: S es la de susceptibles al contagio, I es la de infectados y R la de recuperados. Es de esos grupos de los que procede el nombre del modelo: SIR. A través de ecuaciones diferenciales (que Clara Grima explica muy bien), pero yo no os voy a liar, se calcula el Ro. Para que comparéis los Ro de distintas enfermedades aquí tenéis una tabla:
El Ro estima la velocidad de propagación de un virus. O lo que es lo mismo, qué ocurriría si una persona infectada entra en contacto con un grupo susceptible de contagio, a cuántos transmitiría la infección. Aunque se trate de un modelo matemático, y ya sabemos que las matemáticas no engañan, hay otros factores que afectan a los cálculos. Depende de las características del patógeno, de la situación poblacional, ambiental y demográfica.
En el caso de la Gripe A se estimó que la media de Ro era de 1.46, por lo que al ser mayor que uno, se esperaba que hubiera propagación. Sin embargo los datos difieren entre países, ya que dependía del sistema de vigilancia de cada uno de ellos. Por casualidad he leído las medidas que propuso la OMS para prevenir contagios y son las mismas que actualmente tenemos para el SARS-Cov-2. Seguro que os acordáis que se puso de moda el uso del gel hidroalcohólico. Pero también estoy segura de que teníamos la sensación de que no era para tanto.😯 Me imagino que como la declaración de pandemia comenzó en verano, el uso de espacios abiertos evitó que se produjeran muchas infecciones. Y por lo que he leído, no había un consenso a la hora de gestionar los datos con los que se contaba, ya que las estimaciones del Ro entre países eran diferentes.
Ahora imaginad que estamos en junio de 2009, cuando se decreta la pandemia. Resulta que existe un sistema de vigilancia de la gripe, pero tras haber finalizado el periodo de vigilancia propio de la gripe estacional, el sistema estaba inactivo. Se tuvo que volver a poner en funcionamiento. Habían comenzado las vacaciones escolares, por lo tanto los contagios en las aulas no existían. Al ser verano, el permanecer en espacios abiertos probablemente evitó contagios, pero los viajes entre países estarían a la orden del día y eso seguramente facilitó la expansión. Y por supuesto el calculo de Ro sin unos criterios uniformes, daría lugar a que las medidas que se tomaron en los diferentes países no fueran tan estrictas como las actuales. ¡Ah! Y hay que contar que la tasa de mortalidad no era elevada, por lo tanto los niveles de alarma en la población menores. Eso me imagino que hizo que en agosto estuvieramos poco preocupados, ya que la primera muerte por Gripe A se produjo el 30 de junio y a finales de agosto se habían producido 21 muertes. Casi todos los fallecidos tenían patologías previas.
En el caso de la Gripe A se estimó que la media de Ro era de 1.46, por lo que al ser mayor que uno, se esperaba que hubiera propagación. Sin embargo los datos difieren entre países, ya que dependía del sistema de vigilancia de cada uno de ellos. Por casualidad he leído las medidas que propuso la OMS para prevenir contagios y son las mismas que actualmente tenemos para el SARS-Cov-2. Seguro que os acordáis que se puso de moda el uso del gel hidroalcohólico. Pero también estoy segura de que teníamos la sensación de que no era para tanto.😯 Me imagino que como la declaración de pandemia comenzó en verano, el uso de espacios abiertos evitó que se produjeran muchas infecciones. Y por lo que he leído, no había un consenso a la hora de gestionar los datos con los que se contaba, ya que las estimaciones del Ro entre países eran diferentes.
Ahora imaginad que estamos en junio de 2009, cuando se decreta la pandemia. Resulta que existe un sistema de vigilancia de la gripe, pero tras haber finalizado el periodo de vigilancia propio de la gripe estacional, el sistema estaba inactivo. Se tuvo que volver a poner en funcionamiento. Habían comenzado las vacaciones escolares, por lo tanto los contagios en las aulas no existían. Al ser verano, el permanecer en espacios abiertos probablemente evitó contagios, pero los viajes entre países estarían a la orden del día y eso seguramente facilitó la expansión. Y por supuesto el calculo de Ro sin unos criterios uniformes, daría lugar a que las medidas que se tomaron en los diferentes países no fueran tan estrictas como las actuales. ¡Ah! Y hay que contar que la tasa de mortalidad no era elevada, por lo tanto los niveles de alarma en la población menores. Eso me imagino que hizo que en agosto estuvieramos poco preocupados, ya que la primera muerte por Gripe A se produjo el 30 de junio y a finales de agosto se habían producido 21 muertes. Casi todos los fallecidos tenían patologías previas.
Mientras preparaba esta entrada he estado husmeando un poco y me he dado cuenta de que actualmente usamos el Ro a diario, pero en realidad deberíamos usar el Re. Éste es el número efectivo de reproducción, en este valor se tiene en cuenta qué parte de la población ya no puede contagiarse por haber alcanzado la inmunidad vacunal o natural.
Si tenemos en cuenta los dos números, Ro y Re, la información que nos ofrecen es muy útil, ya que nos permite elaborar dos estrategias. Para disminuir el Ro, deberíamos aislarnos o recurrir a antivíricos, y para bajar el Re, debemos bajar el número de susceptibles, eso significa vacunar.
De momento parece que para la actual pandemia hay un par de antivirales que podrían ser efectivos si se administran en los primeros días de detección del contagio. Pero, como dicen que es mejor prevenir que curar, las vacunas son nuestra mejor baza. Yo me he puesto las tres dosis y además, me han puesto una de cada (Astra, Pfizer, Moderna)😁.
Como curiosidad os dejo esta foto de las toallitas que se repartieron en ese momento 😊:
Información sobre estudios de Ro
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