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Nonía y la organización POM 🦠

Hace tres semanas decidí que, como estaba estudiando, me apetecía compartir mi piso con alguien que estudiara. Puse un anuncio y a mi puerta llegó Nonía. 
    Es una estudiante de microbiología y me pareció estupendo convivir con alguien que pudiera ayudarme a entender los microbios.
 Nonía

    Estuvimos charlando un rato y me explicó que pertenecía a un grupo de preservación de la microbiota. Os podéis imaginar la cara que puse. Me contó que forma parte de la organización POM (Preservación de Organismos Microbianos). Me pareció genial pero, como no tenía ni idea de qué era, le pedí que me lo explicara. ¡Ah! Y me pidió permiso para reunirse una vez a la semana con otros tres amigos que también eran de la organización. Me pareció estupendo.
    Me contó que en el mundo existen muchísimos tipos de microorganismos, que el POM se encarga de preservarlos ya que son importantísimos para la vida en la Tierra y que estaban especialmente preocupados por la microbiota humana. La primera parte de su explicación, la existencia de virus, bacterias, arqueas, hongos y otros microorganismos que deben estar en equilibrio para no causarnos daño, me resultó lógica. ¿Microbiota? No había oido nunca la palabra. 
    Me dijo que solía ser normal que la gente no conociera la palabra, pero que era importantísima para nuestra salud. Así que armada de paciencia me lo explicó. La microbiota son todos los microorganismos que viven en nuestro cuerpo: en las mucosas, en la piel, en los intestinos, el estómago, entre los dedos de los pies. En la mayoría de los casos son inocuos y, de hecho, algunos de ellos nos resultan beneficiosos a la hora de protegernos contra agentes externos. Además parece que una microbiota sana también influye beneficiosamente en los procesos neurodegenerativos. Lo que más me llamó la atención es que el 90% de lo que conforma nuestro cuerpo son microorganismos. 
    Así que después de esta explicación, que me resultó interesantísima, estuvimos charlando sobre cómo mantener nuestra microbiota sana. Decidí en ese momento que era bueno tomar una serie de medidas en casa para poder hacerlo. 
    Cada semana se encargaría una de nosotras de tener todo en orden. Nonía no parecía muy interesada en el tema pero aceptó. Para no olvidarnos de nada de lo qué íbamos a hacer en cada espacio de la casa lo recogí en la siguiente tabla:

    Y por supuesto, ventilar la casa. La primera semana, que por sorteo me tocó a mí, hice lo que habíamos acordado. Ese jueves conocí a sus tres amigos. La verdad es que tenían unos nombres curiosos: Vir, Bacter y Fungus. Simpáticos la verdad, pero un poco raros.
    Les oí mientras ponía la lavadora y estaban hablando de:  ‘liberación’, ‘opresión’, ‘injusticia’, ‘aniquilación’…me imaginé que estaban en un momento de exaltación de la amistad y que las cervecitas se les habían subido a la cabeza.
    La siguiente semana le tocaba limpiar a Nonía y, aunque la casa estaba en orden, me di cuenta de que había cosas raras. Os hago una lista: 

    Además me había dado cuenta de que al estudiar me cogía los bolis y los chupaba mientras estudiaba, que me había cogido unas playeras sin que me diera cuenta, y que, cuando se le caía comida al suelo, la recogía y se la comía. Y con una sonrisa decía: ‘lo que no mata, engorda’. Además, como está de moda, se había puesto unas uñas postizas que ni Freddy Krueger y las tenía bastante desarregladas.
    Me empecé a preocupar y, como ella misma me había hablado de la microbiota, empecé a pensar que en las condiciones en las que estaba dejando la casa nos iba a resultar imposible mantenerla sana. Debido a todo lo que había dejado sin hacer iban a aparecer microorganismos que podían hacernos enfermar. Me dediqué a investigar un rato y me di cuenta de que realmente podíamos tener problemas.  
    En el polvo y los restos de piel existen bacterias Gram + como estafilococos y micrococos. También en las sábanas, las alfombras, cojines y mantas. Normalmente no suelen dar problemas pero si se produce una infección puede resultar peligrosa.
    En los lugares húmedos pueden aparecer hongos y bacterias Gram -, es decir, en la ducha, las toallas, las bayetas. Pueden producir infecciones en la piel y son bastante molestas.
    En la nevera, Salmonella y Campylobacter. En el mejor de los casos puede suponer una diarrea. Además de moho en la goma y en algunos alimentos.
    Y, por supuesto, al no ventilar y haber estado con sus amigos en casa: virus de gripe y resfriado (no voy a hablar de lo que todos sabemos, que ya está muy dicho todo).
    Os podéis imaginar mi cara al descubrir todo esto que os he contado. En cuanto llegó a casa hablé con ella y lo que me contó me dejo alucinada.
    En realidad formaba parte de un grupo para la liberación de los microbios, su objetivo es que invadan el mundo. El POM argumenta que los humanos los tratamos mal y que no les damos la importancia que tienen. Así que ella y sus amigos buscan gente como yo que no sepa muy bien que es la microbiota y utilizan nuestras casas como refugio y criadero de microbichitos. 
    Estuvimos discutiendo un buen rato. Pero como yo ya he aprendido algo de microbiota, les he enseñado que no tiene sentido dañar a los humanos criando microbios, que lo mejor es que creen un grupo de amantes de los microbios y que expliquen a la gente que no son malos que, de hecho, nos ayudan y que tienen que conservar y proteger aquellos que son buenos y eliminar los que pueden dañarnos.
    De eso ha pasado una semana, parece que lo ha entendido y se están organizando para dar charlas sobre: ‘El respeto y la preservación de los microbichitos’. Este es el cartel que me han traído para que vea que ya van por el buen camino microbiano. 




Referencias:
Apuntes de microbiología de Guillermo Quindos


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