Ha pasado mucho tiempo desde que ocurri贸 y nunca m谩s ha vuelto a pasar. De hecho creo que aquella experiencia fue la causante de que a d铆a de hoy sea como soy. En aquel momento fue horrible pero ahora lo agradezco porque me permite vivir tranquilamente, sabiendo qui茅n soy, cu谩les son mis l铆mites y con quienes puedo contar. Y lo m谩s importante que si vuelve a pasar es algo normal y que no tengo que asustarme. No pasa nada.
Empiezo por el principio, hace unos 20 a帽os muere mi ama, despu茅s de muchos a帽os enferma, y yo sigo adelante. No es que no me doliera o no me importara, pero mi cerebro dijo que era mejor continuar con la vida que pararse un rato a descansar y pasar el duelo. Y mi cerebro manda.
Desde que me recuerdo a mi misma siempre he sido muy templada, activa y sin tendencia a dejarme llevar por la histeria, ni por el p谩nico. Todo lo contrario, los muchos a帽os con mi ama enferma, las carreras al hospital, las noches de guardia sin dormir y alg煤n que otro susto hab铆an hecho de m铆 una persona muy activa pero terriblemente serena. No me dejo llevar por el p谩nico…bueno hubo un rato durante el que s铆 me deje llevar por el p谩nico pero eso ya llegar谩.
Desde la muerte de mi ama el tiempo fue pasando y yo segu铆a a mi aire… ten铆a un negocio que atender, una relaci贸n, unos amigos, estaba estudiando (eso es algo que nunca he dejado de hacer), una casa que gestionar…creo que no daba para m谩s y aunque mi cerebro lo sab铆a, fue mi cuerpo el que me avis贸.
Fueron peque帽os detalles de los que me di cuenta cuando ya era demasiado tarde. No ocurri贸 de la noche a la ma帽ana, ¡qu茅 va! Estoy segura de que por lo menos empez贸 un a帽o antes de que mi cerebro hiciera ¡plof!. Un ataque de ansiedad en un cine del que nadie se dio cuenta y eso es porque como os he comentado no me dejo llevar por el p谩nico. Un poco m谩s tarde un tic en un ojo y despu茅s lo que me deb铆a haber hecho parar y no lo consigui贸: una tendinitis en una pierna que me dejo coja. Y yo ¿qu茅 hice? nada, seguir y listo. Aquello iba a estallar y me iba a pillar de pleno.
Y as铆 fue, una ma帽ana cuando iba a trabajar not茅 que los m煤sculos de mi pierna izquierda se mov铆an de forma aut贸noma, eso me empez贸 a mosquear, pero una vez m谩s no me deje llevar por el miedo. Tal vez deber铆a haberlo hecho. Sin embargo segu铆 y dos d铆as despu茅s todo revent贸.
Antes de que se me olvide me gustar铆a contaros que siempre he tenido un reloj interno terriblemente preciso. Desconozco si ese reloj es fruto de los a帽os cuidando a mi ama (organizarse era prioritario) o si lo he tenido siempre.
Volvamos al momento en que todo revent贸... Estaba, tranquilamente (o igual s贸lo yo cre铆a que era as铆), trabajando cuando de repente un pensamiento pas贸 por mi cabeza: "quiero que todo el tiempo pase ya". Mi reloj interno se hab铆a roto.
Con ese pensamiento mi reloj dej贸 de funcionar y no me permit铆a avanzar con mi cerebro. Era como tener una nube en mi cabeza que me imped铆a ver m谩s all谩 de lo que estaba sucediendo en ese momento, anclada en el presente. Supongo que os pod茅is imaginar c贸mo me qued茅: un escalofr铆o me recorri贸 la espalda y en ese momento s铆 que me asust茅...mucho. Al hospital, eso ya no era normal: sensaci贸n de irrealidad, temblor en la pierna, angustia y mi reloj roto.
S铆, el tiempo se par贸, se par贸 para m铆, el resto del mundo flu铆a con normalidad. En el hospital el diagn贸stico fue sencillo, ataque de ansiedad. Una pastilla, unas horas de siesta y yo convencida de que aquello estaba arreglado.
Ilusa que es una. No se arregl贸. Durante un par de d铆as fui a trabajar normalmente y el tercero ya no pude m谩s.
Mi cuerpo y mi cerebro hab铆an dicho que ya, que hab铆a que parar y lo hicieron de la forma m谩s salvaje. Mi cerebro no iba y mi reloj no funcionaba. Mi memoria a la porra y cuando intentaba planificar lo que iba a hacer los siguientes d铆as una cortina imped铆a que visualizara o planificara lo que pod铆a ocurrir. ¡Terror! Mi reloj, mi memoria y yo no 铆bamos.
La sensaci贸n de tener una cortina que impida que mi cerebro se expanda e imagine, anticipe situaciones, recree un futuro pr贸ximo o lejano y juegue con los multiversos es la peor sensaci贸n que he tenido en mi vida. Me sent铆a prisionera del pasado y del ahora, algo que no hab铆a experimentado en mi vida.
Claro que perder memoria tampoco es divertido, bueno o al menos no lo era en ese momento. Ahora que soy m谩s vieja me permito el lujo de que mi memoria falle en ocasiones. Siempre me ha gustado cocinar y comer. Recuerdo un domingo en que me puse delante de una cazuela para hacer "patatas en salsa verde" y no pude porque hab铆a olvidado c贸mo hacerlas. ¿Os imagin谩is c贸mo te sientes si se te olvida c贸mo se hace un plato que has hecho mil veces? Efectivamente mal. Est谩s triste y lloras. Tu tesoro m谩s preciado, tu querido cerebro no va. A d铆a de hoy cada vez que me acuerdo me da la risa pero os puedo asegurar que en aquel momento estaba muerta de miedo. Ahora ya tengo claro que esas cosas son normales y no acordarse de algo no es ning煤n problema, de hecho, es algo muy normal y sino pensad en la cantidad de cosas que se nos olvida hacer. ¿Cu谩ntas veces cog茅is el m贸vil para ver la hora lo guard谩is y se os ha olvidado mirarla? Os ha pasado y lo sab茅is.
Durante unas cuantas semanas no sab铆a que hacer, no arrancaba, no pod铆a hacer lo que normalmente hac铆a, no sab铆a c贸mo hacer para volver a ser yo. Repas茅 mi vida, que tampoco era muy larga o compleja, en busca de pistas para salir de la situaci贸n. Os adelanto que no sirvi贸 de nada, la respuesta no estaba en el pasado (nunca he sentido nostalgia, me gusta lo que est谩 por venir) estaba en el futuro. S铆, ese que no pod铆a ver.
La consecuencia de ese esfuerzo por intentar arreglar lo roto fue depresi贸n. S铆, intentar con unas fuerzas que no tienes reparar algo que no hay que arreglar sino dejar que se reinicie, tiene como consecuencia eso. Psic贸loga y pastillas, alg煤n que otro ataque de ansiedad y tristeza. ¿D贸nde estaba mi yo? Apagado y parado.
Buscar un porqu茅 de aquello tambi茅n me llev贸 a obsesionarme con encontrar la respuesta. No hab铆a, eso lo supe un poco m谩s tarde. Cada vez que cre铆a encontrar una clave a lo que hab铆a pasado me pon铆a contenta. Despu茅s de meditar un rato me daba cuenta de que no era relevante y que serv铆a lo mismo para explicar c贸mo me sent铆a en ese momento que para explicar porqu茅 me gustan los pimentos.
Estar deprimida fue muy extra帽o para m铆. No soy especial, como todo el mundo, he estado triste en alg煤n momento pero os aseguro que no tiene nada que ver con estar deprimida. No, qu茅 va, cuando est谩s triste generalmente se debe a una causa y se pasa en un rato. La depresi贸n no tiene una 煤nica causa, ¡ya podr铆a! Todo es triste y no hay manera de quitarse esa sensaci贸n. ¡Ah! Y a los que dec铆s eso de: ¡Venga an铆mate! ¿Cre茅is que no lo intentamos? Y eso suele ser peor, porque nos exige un esfuerzo que no podemos hacer y todav铆a nos agotamos m谩s. Bueno, como los que te dicen exactamente lo que te pasa: eso es por X (poned en la X lo que m谩s os apetezca). Pues la respuesta es: NO, no es eso. Es todo. Y cuando digo todo quiero, decir que es absolutamente todo, hasta las botas que siempre te han encantado y que ahora tienen un color raro que no recordabas as铆. No intent茅is darle una respuesta a una persona deprimida, ayudad a quien lo necesite escuchando, estando y haciendo que mantenga los pies en la Tierra, pero no adoctrin茅is, no busqu茅is explicaci贸n o soluciones y por supuesto no empuj茅is... simplemente estad. Y sobre todo os contemos lo que os contemos no pong谩is cara rara que lo que nos pasa es normal y le puede pasar a cualquiera.
Con much铆sima ayuda, paciencia y delicadeza de Mikel dej茅 de buscar respuestas y empec茅 el reinicio de mi cerebro. Con calma y por mi cuenta...la psic贸loga, en mi primera visita, me dijo que ten铆a: "miedo al miedo". No volv铆. Su an谩lisis me pareci贸 obvio y adem谩s, era algo que yo ya sab铆a. No s茅 si acertadamente pero hizo que me encargar谩 yo misma de mi cerebro. Bueno hasta la fecha no tengo queja de c贸mo me atend铆 a mi misma. Pero esa fue mi decisi贸n, no dud茅is en recurrir a qui茅n os pueda ayudar.
Fueron muchos meses, algunos mejores, otros horribles, otros sin m谩s. El tiempo estaba parado, intentaba planificar cosas y mi cerebro no iba. Sin embargo, me di cuenta de que cuanto menos intentaba arreglar las cosas mejor funcionaba.
Eso me llev贸 a comprender que deb铆a dejar que mi cerebro se reiniciara tranquilamente, que era 茅l quien ten铆a que ir recuperando su sitio, sus habilidades y su tiempo, y que yo, en ese momento, no estaba para ser gu铆a de nada ni nadie. Cuando me resignaba y no hac铆a ning煤n esfuerzo por buscar respuesta o estar alegre era cuando se aliviaba un poco la sensaci贸n. As铆 que era habitual encontrarme sentada sin hacer nada y mirando a ninguna parte. Mi cerebro era un barullo de cosas: preguntas, dudas, pensamientos extra帽os en m铆 aunque de vez el cuando me dejaba un rato en paz.
Hubo noches horribles, dormir era un horror, pesadillas, angustia, ansiedad y una noche so帽茅 que me mor铆a...de verdad. No creo que fuera un sue帽o, yo creo que perd铆 el conocimiento. La experiencia fue tan real que al ser consciente de que lo hab铆a so帽ado me provoc贸 un ataque de risa y mi cerebro empez贸 a reaccionar. Vamos que me tuve que morir (en sue帽os) para poder volver a vivir.
Podr铆a contaros mil cosas que me pasaron, que no eran absolutamente nada, que a m铆 me parec铆an un mundo. Sin embargo prefiero contaros que tras un a帽o y medio, mi cerebro tom贸 posesi贸n de nuevo de sus dominios, aunque no todo era lo mismo, no. Algunas cosas hab铆an cambiado y adem谩s creo que a mejor.
Aprend铆 unas cuantas cosas: los amigos te ayudan si se lo pides, ocultar que no est谩s bien no sirve de nada, intentar buscar respuestas tampoco, que las cosas llevan su tiempo, que algunas cosas que me gustaban ya no y que la experiencia me ense帽贸 a saber vivir en paz conmigo.
Para finalizar me queda contaros que le damos poca importancia a nuestra salud mental y creo que es un gran error. Pienso que, ocultar cuando nos sentimos mal o tenemos miedo o estamos tristes o algo no nos gusta es absurdo... Somos lo que somos y dentro de esa singularidad el miedo, la tristeza, la angustia, el estr茅s, la duda tambi茅n forman parte de nuestro ser... As铆 que ense帽adlo cuando haga falta y si alguien deja de quereros por estar triste o tener dudas o por tener miedo... que le馃が
¡Ah! y ¿sab茅is lo mejor?, que no es f谩cil, que no es agradable, que es un proceso lento que asusta, pero al final se arregla. Todo lo que me pas贸 no es algo raro, al contrario, es algo muy com煤n que mucha gente sufre (cada uno a su manera, por supuesto), pero que todav铆a ocultamos al resto, que preferimos que el resto no lo sepa porque pensamos que van a pensar que somos d茅biles. No, no es debilidad es algo normal.
Por favor, estad atentos a la gente de vuestro entorno, amigos, familia, compa帽eras y compa帽eros de trabajo y si intu铆s que les pasa algo, no les deis consejos o le quit茅is importancia a lo que les pase, simplemente acompa帽adles en el camino y sujetadles cuando se vayan a caer. Seguro que os lo agradecen toda la vida. Y, por supuesto, no os olvid茅is de hablar y de contar qu茅 os pasa, supone un gran alivio no tener que cargar con la culpa o el miedo. Si cre茅is que mi cerebro ha hecho ¡plof! Buscadme, seguro que estoy en alg煤n sitio en el fondo.
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