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El poder del misterio🔎

Si en algún momento alguien me hubiera dicho que la inspiración para perpetrar una entrada la iba a encontrar en un programa de misterio (sí ese en el que pensáis, el de cuarto…), hubiera dicho que se habían fumado algo. Sin embargo aquí estoy, confesando que para esta entrada, la inspiración me ha llegado con la television puesta y ese programa sintonizado.
    Supongo que la primera pregunta que os estáis haciendo es: ¿por qué?. Podría mentiros y decir que me ha parecido tan atroz lo que he visto, tan falso y tan fantasioso que he querido criticarlo…no, esa no es la razón. Me he dado cuenta de que las conspiraciones y la ciencia, en ocasiones, están muy juntas y además enganchan. 
    En todos los ámbitos de la comunicación se intenta ser riguroso con respecto a algún aspecto. En el caso de este programa su rigor está en poner en la pantalla asuntos que a todo el mundo le llaman la atención, además de dotarlo de cierto halo científico y dejar siempre la puerta abierta al misterio, al más allá o a explicaciones en la que las conspiraciones están rondando.
    No quiero hacer un análisis sobre el programa pero sí quiero reflejar algunas cosas que están en su estructura y en su forma que igual pueden servir de inspiración a los que queremos hacer llegar el conocimiento a todo el mundo.
    La ciencia ya no es magia y eso a la gente ya no le gusta tanto…ha perdido ese misterio, su intriga y su capacidad de sorprender. Se percibe compleja y demasiado racional para que sea interesante. Así que igual hay que volver a darle un halo de magia.
    Vivimos en un mundo descreído, que ha perdido la sorpresa y, en ocasiones, está desencantado. Todo es muy crudo y el acceso que tenemos a prácticamente cualquier información hace que sólo nos quedemos con aquella que provoca alguna chispita de misterio. Claro que la percepción de lo que es misterioso o no está vinculada a lo que cada uno es capaz de percibir o de creer. Es en este punto cuando nos empezamos a mover por terreno pantanoso.
    Hoy, y por primera vez desde que empecé a perpetrar entradas, voy a ejercer de socióloga cabreada y voy a hacer una crítica a los intentos por parte de las instituciones y de los científicos a la hora de comunicar la ciencia. Yo, personalmente, creo que no se termina de hacer bien y tengo la impresión de que hace falta un analisis de los cambios que se han producido en los últimos años para entender la causa de que la ciencia siga sin calar en la sociedad.
    Durante muchos siglos y hasta no hace demasiado tiempo la religión era un pilar muy importante de la sociedad, y la ciencia era respetada pero distante. Probablemente eso hacía que se percibiera como algo de eruditos y de personas muy preparadas y sesudas. Traducido a percepción social eso significaba respeto por la ciencia y por los científicos. De hecho creo que estaba perfectamente separada del resto de la sociedad y por ello, en la distancia, no interfería en ninguno de los otros ámbitos. 
    Si un científico (no nos engañemos prácticamente todos eran hombres) salía en la televisión o contaba algo en la radio, no se dudaba. Era un erudito y lo que decía era cierto. El resto de ámbitos estaban protegidos de la ciencia. Las creencias a nivel religioso, por ejemplo, no interferían en lo que la ciencia podía comunicar. 
    A modo de esquema: 
     Con ello no quiero decir que todos los miembros de la sociedad fueran fieles seguidores de la religión, pero sí creo que la sociedad en su conjunto lo era. Sin embargo la ciencia tenía su propio ámbito. En el momento en el que la ciencia aparecía para explicar algo lo hacía con un punto misterioso. A la mente me han venido imágenes que he visto en muchas películas en las que los experimentos y demostraciones se hacían en los teatros o, en el caso de la medicina (disecciones y operaciones), en salas abiertas al público. Por no hablar de museos de ciencia y naturaleza en los que hace un siglo cualquier persona que se acercara iba a ver cosas que ni siquiera había soñado. ¡Ah! Y por supuesto la literatura y el cine que se encargaban de mostrar todo lo que los científicos, fueran locos o no, podían hacer…y no nos olvidemos de los malos de la película que contaban con unos laboratorios que ni la NASA. La impresión que me queda es la ciencia que era percibida de forma diferente, probablemente de forma más romántica y más interesante.
    ¿Qué ha pasado con esa percepción de la ciencia? La sociedad ha cambiado y no diré que a peor, simplemente es distinta. Todo es rápido, hay mucha información y poco tiempo para leer todo lo que se publica. Los mensajes cortos y contundentes triunfan. El acceso a la tecnología hace que muchas cosas hayan perdido su misterio y su magia. La ciencia se ha abierto a todo y a todos, eso hace que lo que antes nos podía interesar por no estar al alcance de cualquiera, ahora nos aburre porque podemos encontrarlo en cualquier lado. Vivimos en la cultura de lo rápido, lo viral, las y los influencers y apenas tenemos tiempo para asimilar todo. 
    Precisamente ahora, cuando contamos con más acceso a cualquier contenido, es cuando menos interés se muestra por la ciencia. Incluso ha surgido un fenómeno curioso: “teorías de las conspiración” de todos los tamaños, sabores y colores. En mi opinión, en la actualidad, la relación entre la ciencia y la sociedad ha pasado a ser algo así:

    ¿Os habéis parado a pensar alguna vez que ahora, cuando más acceso al conocimiento tenemos, más incredulidad existe entre algunos y más desinterés entre otros? Yo creo que se debe a tres factores principalmente. El primero es la necesidad de explicar un mundo complejo, caótico y en ocasiones incomprensible. El segundo factor es que somos una sociedad de filias y fobias (y si no echadle un vistazo a Twitter). A lo anterior y como tercer factor tenemos que añadir teorías científicas que, mal interpretadas, pueden sustentar cualquier teoría por absurda que sea. La suma de todo ello puede dar lugar a cualquier teoría de la conspiración que se nos ocurra…por ejemplo: el terraplanismo.
    Me parece curioso que mi bisabuela, que nació en 1898, jamás puso en duda que los americanos hubieran llegado a la Luna. Sin embargo, a día de hoy, con información por todos los lados hay gente que lo pone en duda y se inventan conspiraciones para justificarlo. Algunas de ellas basadas en análisis “científicos”.
    Así que, visto el éxito de las conspiraciones, tal vez sea momento de cambiar la forma de comunicar ciencia. A lo mejor un poco de distancia y, retomar su comunicación dando un toque misterioso, atraería una mayor atención por parte del público en general. 
    Es probable que los que queremos divulgar debamos convertirnos en influencers o dejar siempre algo sin explicar para generar curiosidad. Quizá ésta sea la clave.
    Al principio os he dicho que hoy iba a dar mi opinión como socióloga cabreada, así que todo lo dicho no es más que eso, mi opinión y cabe la posibilidad de que no haya acertado en nada. Pero eso no es culpa mía, sois vosotros los que conspiráis contra mí porque mis opiniones son diferentes.
    Como conclusión creo que el acercamiento y la proximidad de las científicas y los científicos generará interés y curiosidad en algunos. En otros la percepción de cercanía provocará tedio y aburrimiento. Me gustaría que alguna científica saliera en los medios de comunicación y dijera:
    “He hecho un descubrimiento tan complejo, genial y misterioso que no me atrevo a contarlo”
…y a ver qué pasa😉

Referencias:
La nave del misterio😉







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