Ir al contenido principal

Genes, estoy lleno de genes 🧬

¿Qué es el código genético?, me preguntas mientras clavas tu mirada en mi pupila dilatada. ¿Poético? No, real y debido a un fallo genético, y que conste que todas mis mutaciones genéticas las pienso usar para el mal, que es más divertido😉. Lo que os decía, algún tipo de mutación genética ha hecho que tenga anisocoria (pupilas desiguales), que pueda doblar la lengua, que tenga un tendón por donde no debe, que odie el cilantro, ¡púaj! y alguna que otra cosita más. Precisamente son estas pequeñas cositas las que me hacen distinta al resto y a la vez prácticamente igual. 
    Todos somos iguales, sí, entre nosotros y con el resto de vida del planeta. Seguro que alguien piensa: “yo a mi primo Antonio no me parezco en nada”. Pues siento decirte que te equivocas, eres prácticamente igual a tu primo. Y precisamente lo que os diferencia es la representación de una pequeña parte de lo que somos. 
    ¿Qué somos? Pues un montón de genes si miramos desde el punto de vista biológico y, si lo hacemos desde el poético somos polvo de estrellas.🤫

    El código genético, desde un punto de vista científico, son las instrucciones que le dicen a la célula cómo hacer una proteína específica. Esta definición no dice mucho ¿verdad?, que es cierta es indiscutible, pero bonita, lo que se dice bonita, no es. Así que me vais a permitir una vez más que le deje a mi cerebro crear una forma distinta de ver lo que es el código genético. 
    Imaginad un mundo (el nuestro) al que hace mucho, pero que mucho tiempo, cayeron partículas de tinta. Las condiciones eran perfectas para que las partículas estuvieran flotando a su aire.  See movían libres sin juntarse con otras. Sin embargo, un día y de forma aleatoria, dos de ellas se unieron. Es probable que, como había muchas se encontraran en un rincón. No había sitio para poder moverse o marcharse así que no les quedó más remedio que quedarse juntas. 
    Casualidades de la tinta, algunas partículas que también iban flotando a su aire, se quedaron atrapadas en ese mismo rincón y ya que estaban se unieron a la fiesta. Aquel lugar debía ser muy atractivo porque después de un tiempo allí se había formado un trazo de tinta. 
    Con un golpe brusco el trazo finalmente salió del hueco en el que estaba y volvió a flotar libre. Sin embargo se fue encontrando con otros trazos parecidos a él. Algunos eran rectos, otros curvados y había unos cuantos que tenían de forma punto. Tan ricamente estaban al sol que, sin darse cuenta, los trazos se habían pegado y ahora formaban letras. A su alrededor seguían flotando partículas y trazos. Pero esos trazos que se habían unido ahora formaban las siguientes letras: G,T,C y A. 
    Esas pequeñas letras estaban encantadas con su aspecto, eran perfectas. Había alguna que no estaba del todo bien hecha, alguna era algún trazo suelto o y otras al juntarse, habían creado letras que no servían en este mundo. Con el transcurrir del tiempo y debido al azar algunas letras se unieron…claro que no de cualquier forma. Empezaron a formar palabras y se dieron cuenta de que se podían replicar fácilmente a sí mismas. 
    Un tiempo después habían evolucionado y aunque quedaban partículas, trazos y letras sueltas, la cantidad de palabras había crecido tanto que se habían empezado a unir creando frases. Y las frases se podían copiar así que se fueron organizando para crear párrafos. Claro que el orden en el que estaban las frases ordenadas iba creando párrafos diferentes que al irse uniendo formaban capítulos distintos. De hecho algunos capítulos y algunas frases y palabras estaban repetidas, aunque eso era bueno ya que se podían copiar fácilmente.
    De vez en cuando alguna copia salía mal por casualidad y algunos de los capítulos desaparecían. Otros se convertían en algo distinto que a su vez se iba juntando con otros similares hasta que la variedad que había era tal, que terminaron dando lugar a libros.
    Libros de muchos tipos, que además de poder copiarse, servían para cosas diferentes, algunos hacían crecer, otros servían de defensa, unos pocos eran para pensar, un par de ellos daban color y había unos que podían moverse. Así que se fueron agrupando y formando series cada vez más grandes de libros. Tanto era así que al final que se tuvieron que organizar en estanterías. De esa forma estaban todos juntos y si era necesario podían hacer copias más fácilmente.
    Ya que estaban todos juntos crearon una biblioteca para que les protegiera. A partir de ese momento se empezaron a unir bibliotecas por todas partes. Algunas tenían más libros de un tipo y otras tenían más de otro tipo, así que cada vez se fueron uniendo entre ellas para tener acceso a todo el conjunto de conocimiento que tenían en su interior. Tuvieron que repartirse el trabajo porque no tenía sentido que todas hicieran lo mismo. Alrededor de las bibliotecas aparecieron restaurantes, gimnasios y alguna que otra tienda para hacer fotocopias (me suena que el nombre de todas ellas era RNA copisterías). Por lo que he oido trabajaban muy bien.
    A veces alguna de las copias se perdía, en otras ocasiones alguna de las copias salía mal. Realmente no pasaba nada porque precisamente  esas malas copias dieron lugar a otras bibliotecas diferentes pero igual de interesantes. Empezó a haber tal cantidad de ellas que cada vez se iba haciendo más complicada su red. La burocracia no nos gusta, pero en este caso sirvió para crear cosas más grandes.
    Se atrevieron primero a crear algunos seres minúsculos (por si no os habéis dado cuenta estas bibliotecas no se pueden ver a simple vista, son demasiado pequeños). Empezaron a dar formas diferentes en función del lugar en el que se encontraran, de las condiciones del clima o de si les apetecía o no complicarse la vida. 
    Viendo que les salían bien las cosas siguieron multiplicándose y creando seres cada vez más grandes. Lo que surgía era más complejo y llegaron a un punto en el que sus propias creaciones podían reproducirse a sí mismas, moverse y tener aspectos distintos entre sí. 
    Tanto fue así que en el mundo y después de muchísimos años había una cantidad enorme de seres diferentes. Algunos tenían unas capacidades que habían desarrollado con el tiempo y otros algunas habilidades que habían aparecido de repente, de hecho, alguno podía volar. Había algunos rápidos, otros que podían ver muy bien, algunos se habían adaptado a vivir en zonas muy secas o con mucho frío o con mucho calor. De vez en cuando todavía había alguna copia que salía mal, pero no pasaba nada porque en la mayoría de los casos esos pequeños errores no suponían ningún problema. En otros casos sin embargo la copia salía tan mal que no había forma de que viviera. Por cosas del azar, de lo aleatorio y de algún que otro malentendido, a veces, un error en la copia hacía surgir algo que el resto no tenía pero que era útil y muy molón. 
    Poco a poco el mundo se pobló de millones de seres, cada uno de ellos lleno de esas pequeñas bibliotecas que en su día se unieron gracias al azar. Por eso la diversidad que vemos no es más que pequeñas diferencias en las bibliotecas, porque en esencia somos lo mismo. Me encanta la idea de que,  salvo por un par de detalles sin importancia soy como una morsa.


    Y ahora que ya sabéis esto, es indudable que sois prácticamente iguales a vuestro primo Antonio. Pero si eso os molesta mucho siempre podéis pensar que vuestro primo es prácticamente igual a una mosca de la fruta😂







This work © 2021 by darthscience666 is licensed under 
 Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International

Comentarios

Lo más visto

¿Ese?, es un cardo borriquero

Lo que más ha gustado

¿Ese?, es un cardo borriquero

Era pequeña cuando le oí a mi amama 1 referirse a alguien como cardo borriquero . Por la cara que puso al decirlo, saqué la conclusión de que debía ser alguien con pinchos, seco y feo o, lo que es lo mismo, poco agradable.      En ese momento, mis conocimientos sobre los cardos se limitaban a la cocina. Tenía la absoluta certeza de que mi amama los cocinaba como nadie (a mí no me salen tan bien), que estaban muy ricos y que daban mucho trabajo.      Esa asociación de ideas, el cardo y una persona áspera, fea y seca, me ha durado mucho tiempo, en concreto, toda mi vida hasta hace un mes.      Este verano, para descansar cuerpo y mente, elegí ir a Dublín. Me encantó la ciudad, su ambiente, la gente y la bonita costumbre de vender flores en la calle. Disfruté muchísimo viendo los distintos puestos.       En la mayoría de ellos encontré algo parecido a unas flores de un precioso color azul que me parecieron una auténtica belleza. Me llamó mucho la atención su color y su forma, muy alejada

De negro riguroso

Vestía siempre de negro riguroso, no importaba la ocasión.      Lo habitual era que suscitara algún comentario entre quienes no la conocían y, en muchas ocasiones, había oído frases despectivas por vestir así.      Todo en su mundo era oscuro. De vez en cuando se permitía una brizna de color, quizás con un lazo naranja en las botas, un cinturón verde, pero el resto tenía que ser del más profundo negro.      Estaba convencida de que, quien posaba sus ojos por primera vez en ella, creaba una imagen equivocada de su personalidad. Tenía la certeza de que la suponían triste o, tal vez, deprimida, incluso es posible que la tomaran por una amargada.      En fin, estaba acostumbrada, nunca faltaba algún comentario. La gente quería color y la negrura de sus prendas creaba distancia y rechazo. Hay quien decía que parecía un pájaro de mal agüero o que era como una mosca en un vaso de leche, desagradable.      Nunca le había preocupado, iba como le gustaba y a nadie le tenía que importar. Ell

May the ´Darth´ side of the Science be with you.