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Plan de comunicación

Comunicar y hacer partícipe a toda la sociedad de las investigaciones es un objetivo cada vez más relevante. No dejar de lado a los diferentes agentes sociales y dar a conocer los proyectos son aspectos cada día más vinculados a la investigación científica. 
    Si existe interés en que la investigación sea conocida por la población hay diseñar un buen plan de comunicación. La importancia de llevar a cabo esta comunicación de forma correcta y que cumpla su objetivo hace necesaria la colaboración de profesionales. 
    Lógicamente, para lograr una buena comunicación es necesario que el proyecto cuente con expertos en comunicación de la ciencia y para ello una parte de la financiación tendrá que ir destinada a este objetivo. La conclusión que se puede extraer fácilmente es que la inclusión de un experto en comunicación científica va a depender de la cuantía disponible en el presupuesto para la investigación.


    Supongamos que yo tengo la misión de diseñar un plan de comunicación para una investigación y que, además, me pagan😉. Imaginemos que me han asignado el Proyecto Remake. En este caso se trata de una investigación financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad dentro del programa estatal I+D+I. El proyecto está en manos del Grupo de Investigación BI0301 “Epigenia y reparación ADN” de la Universidad de Córdoba.
    El proyecto está dirigido a comprender la reparación del ADN, mantenimiento y modificación epigenómica de las plantas. Este estudio, en concreto, guarda una relación directa con la existencia de mecanismos en las plantas que podrían ayudar a comprender el proceso de reparación del ADN y a encontrar mecanismos para la reparación de células tumorales en humanos. 
    El objetivo global de este plan de comunicación es el de de hacer ciencia abierta y colaborativa. Para ello la propuesta está dirigida a diferentes grupos que puedan estar involucrados en la investigación y que puedan participar en función de sus conocimientos y posibilidades. Así como a utilizar los distintos medios que existen para la comunicación y que tienen desigual repercusión en diferentes grupos.
     Dado el tipo de investigación, en primer lugar la comunicación debería ir dirigida a las y los profesionales de biología, bioquímica, biomedicina, a cualquiera que se dedique a investigación o uso de CRISPR o quien haga investigación en áreas relativas a tumores o terapias antitumorales. Obviamente, interesa dar a conocer la investigación a estos grupos ya que puede ser interesante la colaboración entre disciplinas relacionadas para poder hacer el proyecto más colaborativo. 
    Por otra parte se puede pensar en hacer partícipes de la evolución de la investigación al grupo de estudiantes que estén cursando materias relacionadas con todas las áreas que tienen cabida en nuestra investigación. Por cercanía podríamos contar con los estudiantes de la Universidad de Córdoba de grados relacionados con las materias indicadas anteriormente. Sería también una buena opción contar con alumnos de módulos relacionados con técnicas de laboratorio, ya que puede ser de interés para ellos conocer directamente cómo se trabaja en una investigación. A modo de ejemplo, podríamos incluir las siguientes áreas: laboratorio, biología, botánica, química, pero también comunicación y periodismo, y permitirles hacer sus aportaciones al proyecto. 
    Con esto tendríamos dos grupos que pueden participar de forma activa: el grupo de expertos y el grupo de aprendices. En el caso de los expertos su vinculación puede ser útil de cara a la aportación que puedan hacer a la investigación y en el caso de los estudiantes puede resultar interesante para ellos conocer las tripas de la investigación.
    Probablemente, el Proyecto Remake sea complejo de extender a la población general. Sin embargo podríamos intentar un acercar el proyecto a colegios y a institutos a través de la asignatura de biología. Investigamos con plantas y analizamos su ADN, así que dentro de la biología que se enseña a nivel no universitario también podría resultar interesante.
    Para el grupo de estudiantes, universitarios y no universitarios, la comunicación y la participación podría dirigirse sólo a los que están en Córdoba ya que, probablemente, abarcar más haga más complicado el proceso de comunicación.
    Para el establecimiento de la comunicación usaría tres vías: redes sociales, página web y webinars. De tal forma que la página web estuviera dirigida a estudiantes y profesionales, con registro de acceso. Este registro estaría divido en dos secciones: expertos y aprendices. La sección para expertos tendría como objetivo recoger las aportaciones que puedan resultar de interés para la investigación. Por otra parte, la sección destinada a aprendices, tendría como finalidad crear contenidos relativos a la investigación que fueran de utilidad de cara al aprendizaje. A modo de ejemplo, para profesionales se podrían publicar tanto los resultados parciales de la investigación y las conclusiones previas como las aportaciones que puedan hacer ellos mismos. Para los estudiantes publicaríamos contenidos más prácticos relacionados con las tareas que se realizan en un laboratorio, cómo recoger y analizar los datos de la investigación, es decir, estaríamos más encaminado al proceso y menos al resultado. Adicionalmente sería interesante publicar y enviar semanalmente una newsletter para que la información llegara a ambos grupos. Del mismo modo se podría incluir en la página web un buzón de sugerencias para recibir las dudas e informaciones que los suscriptores consideraran relevantes. 
    El uso de webinars permitiría retransmitir en directo la investigación al grupo de estudiantes no universitarios. Estableceríamos conexiones, bajo petición previa, para hacer un seguimiento de lo que se hace en un laboratorio. Les enseñaríamos las diferentes fases del experimento, los métodos, el instrumental, la recogida y la elaboración de los informes…Para la realización de esta tarea los investigadores se podrían turnar y contarían con mi colaboración como experta en comunicación (todavía aprendiz 😉) para que la conexión entre investigadores y estudiantes fuera más fluida.
     Si en algún momento se quiere hacer participe de la investigación a la población en general, sería de interés utilizar las redes sociales, notas de prensa y el contacto con medios locales.  
    Uno de los aspectos que nos puede aportar mucho a la hora de involucrar a la población y a los estudiantes no universitarios es el matiz de que se trata de una investigación con plantas. Éstas se perciben como algo bonito, deberíamos contar con un logo atractivo y solicitar la participación mediante una acción de impacto.  Por ejemplo se les podría dar un tiesto con semillas de plantas que se usen en la investigación para que las cultiven y posteriormente a medida que la planta va creciendo que suban las fotos a las redes sociales con #remakeADN. Para esta actividad se enviaría la información a colegios y a los participantes se les proporcionarían tiestos y semillas. Del mismo modo se podrían crear unidades didácticas dirigidas a replicar un experimento de menor nivel relacionado con el principal. En este caso sería el análisis de células de plantas y su clasificación. 
    Finalmente para medir el impacto del plan de comunicación en el caso de expertos mediríamos el número de suscripciones a la página web y la newsletter. El número de profesores participantes junto con sus estudiantes que se han apuntado al proyecto en la aulas y finalmente el seguimiento en redes sociales utilizando los datos que aportan dichas plataformas sobre likes, retweets e interacciones.
    
   


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