Ir al contenido principal

Mirar fuera, estar dentro

Desde el momento en que damos nuestros primeros pasos nos convertimos en seres con ansias de mirar, explorar y conocer. Los seres humanos desde nuestros orígenes hemos demostrado que tenemos la necesidad de ir un poco más allá, de ver lo que no se ve de un vistazo. Esta necesidad está en lo más profundo de nuestro cerebro. Miramos siempre, a lo grande, a lo pequeño, a lo cercano, a lo lejano, al exterior y al interior. 
    Estas miradas nos han permitido alcanzar el conocimiento de lo que nos rodea, darnos una posición en el Mundo, en el Universo, y soñar con otros mundos por explorar. Sin embargo, nuestra propia condición de seres humanos nos impide alcanzar todos nuestros sueños de exploración si no contamos con instrumentos que lo faciliten. 
    En la historia hay dos herramientas que han posibilitado que ampliemos nuestro pequeño mundo hasta límites que son cada vez más amplios: el astrolabio y el telescopio. Aunque nunca se nos tiene que olvidar que ampliar lo que conocemos también aumenta lo que desconocemos, y eso nos impulsa a buscar nuevas formas de explorar.
    Imaginad lo que lo que podría suponer moverse por nuestro entorno sin referencias. Los primeros pasos en esa búsqueda de referencias se hicieron guiados por la intuición y por lo que nuestros sentidos nos mostraban. Al ampliar el espacio conocido, la humanidad se vio necesitada de contar con herramientas que le ayudaran a llegar más allá. De esta necesidad han surgido instrumentos para mirar y darnos una posición en el Mundo y en el Universo.

Mirando al Universo (creado con Stable Diffusion)

   A lo largo de la historia hemos necesitado saber dónde estábamos para conocer, explorar y comprender.
Es difícil decir con certeza si la humanidad hubiera podido avanzar sin construir instrumentos que le permitieran, mirando al cielo, ubicarse en el espacio y en el tiempo. ¿Qué sería del Mundo sin astrolabios, sextantes, telescopios o relojes? ¡Quién sabe!
    El primer instrumento que permitió salir a husmear lo que había alrededor sabiendo en qué dirección se podía navegar fue el astrolabio. Hasta ese momento se contaba con la vista y la curiosidad.
    Desde sus orígenes el astrolabio fue una herramienta valiosa para determinar la posición de los cuerpos celestes. Mirando al cielo se podían encontraban las referencias para la navegación.
    Parece que fue inventado en la antigua Grecia en el siglo I a.C. No se sabe con certeza quién lo creó, pero pudo ser Apolonio de Perge, matemático y astrónomo griego y, probablemente,  Hypatia de Alejandría lo mejoró. Buen invento, ¿verdad? 

Astrolabio creado con I.A


    Es un instrumento astronómico que fue utilizado desde la antigüedad para medir la posición de los astros en el cielo. Se compone de dos partes principales: la placa y el disco. La placa es circular con una serie de escalas graduadas, mientras que el disco es más pequeño con una serie de estrellas y planetas grabados en ella. Si queréis ver como funciona lo podéis ver aquí:



    Para utilizar el astrolabio se coloca la placa sobre una superficie plana y se apunta al cielo. El disco se coloca sobre la placa y se gira hasta que la estrella o el planeta que se desea medir está alineado con el cursor. La posición de la estrella o el planeta se puede leer en las escalas graduadas de la placa.
    Permite medir una variedad de parámetros astronómicos como la altura de los astros sobre el horizonte, la distancia angular entre dos astros y la hora del día. También se puede usar para determinar la latitud y la longitud de un lugar en la Tierra.
    Gracias al astrolabio durante la Edad Media se podía navegar y explorar el Mundo, comerciar o piratear, según gustos o necesidades. Encontrar el camino era clave y mirando al cielo los navegantes lo podían encontrar.
 Durante ese periodo la observación celeste se basaba principalmente en el uso de instrumentos ópticos simples como la mira así como en la observación a simple vista. Con el astrolabio los navegantes y cartógrafos podían determinar su posición en el océano o en la tierra y trazar su ruta. En términos de navegación permitía determinar su posición en el mar y calcular la hora. En definitiva, navegar de manera más segura y precisa.
    Mirar al cielo y ubicarse en el suelo o en el mar, ¡una idea estupenda!. Claro que mirar al cielo, observar y hacer anotaciones de posiciones de objetos celestes abrió el Mundo al exterior y a comprender el movimiento de los astros y el funcionamiento del sistema solar.
    Confieso que no sé usarlo, pero me parece un instrumento fascinante que ha jugado un papel muy importante en la historia de la astronomía y la navegación. Hoy en día todavía lo utilizan las y los fans de la astronomía y de la navegación. ¿Os atreveríais a dar un paseo en barco sin GPS, sólo usando un astrolabio?
    
Barquito sin GPS (creado con Stable Diffusion)

     
    En su ausencia las mediciones no hubieran sido tan precisas, por lo que la navegación y la astronomía no se hubieran desarrollado de la misma manera. Con ello, la exploración de nuestro Mundo y del Universo que nos rodea no hubiera alcanzado la posición que tiene actualmente. ¿Cuánto por explorar hubiera quedado en manos del azar?
    Me parece muy curioso que para ubicarnos en el Mundo, el sistema de referencia fuera el que proporcionaba la posición de los astros en el cielo. Mirando al exterior es como los humanos nos hemos podido posicionar en nuestro Mundo y conocerlo.
    Y ya que miramos el exterior para ubicarnos en la Tierra, ¿por qué no explorar lo que hay fuera? Si contamos con nuestra vista para observar objetos lejanos, estamos perdiendo información relevante. Así que necesitamos una herramienta que nos permita ver más allá. ¿Tal vez un telescopio?
    Sus orígenes se remontan al siglo XVII. El primer telescopio fue construido en 1608 por el astrónomo holandés Hans Lippershey. Otros científicos y astrónomos se encargaron de mejorarlo, como Galileo Galilei y Johannes Kepler. Galileo es conocido por ser el primero en utilizar el telescopio para observar los cuerpos celestes, incluyendo las lunas de Júpiter, los anillos de Saturno, las fases de Venus y las manchas solares, y su trabajo ayudó a revolucionar la astronomía y la ciencia en general.

Para mirar al cielo (creado con Stable Diffusion)
  
    El invento del telescopio tuvo un gran impacto en la ciencia y el conocimiento. Antes de su invención, la mayoría de lo que se sabía sobre el universo se basaba en la observación a simple vista. Nos acercó el universo, ya que los astrónomos pudieron ver detalles que antes eran imperceptibles. Con ello se hicieron nuevos descubrimientos y se pudieron corregir viejas ideas erróneas. Si os interesa cómo usar un telescopio lo podéis ver aquí:



    Sin telescopio, ¿cuánto tiempo hubiera prevalecido la idea de la Tierra como centro del Universo? ¿Se hubiera ratificado la teoría heliocentrista? Supongo que sí, sin embargo, el cambio en la imagen de la humanidad en el mundo no es únicamente una cuestión científica, sino que influye en todo el conocimiento. Sin el antropocentrismo, ¿se hubiera desarrollado la ciencia de la misma forma?
    El telescopio permitió a Galileo Galilei, por ejemplo, ver las lunas de Júpiter, los anillos de Saturno, las manchas solares y los cráteres de la Luna, entre otros. Sus observaciones apoyaron la teoría copernicana que sostenía que el Sol, y no la Tierra, era el centro del Sistema Solar.
    Con el tiempo, los telescopios mejoraron y se hicieron más potentes, lo que permitió ver cada vez más lejos en el Universo. Hasta llegar a nuestros días, que con telescopios como el James Webb, el ser humano es capaz de ver los confines del Universo, lo que nos coloca en una posición clara en relación a todo lo que nos rodea. Nos da la posibilidad de soñar con viajar a otros mundos y, tal vez, habitarlos.

Soñar con otros mundos (creado con Stable Diffusion)


     Al igual que en la Edad Media permitió el astrolabio explorar la Tierra, los grandes telescopios actuales nos dan la oportunidad de descubrir otros mundos y soñar con colonizarlos. El telescopio nos ha abierto la puerta a un espacio mayor de conocimiento, exploración espacial y búsqueda del origen de nuestro Universo. A pesar de que pueda parecer que el telescopio sólo nos da datos sobre lo que tenemos en el Universo, en esa búsqueda también encontramos elementos más profundos del ansia humana de conocimiento. ¿Cuál es nuestra posición en la existencia?, ¿de dónde venimos? Son cuestiones filosóficas que parecen alejadas de lo que la ciencia conoce y explora pero que están más cercanas de lo que podemos suponer.
    Ambos instrumentos, el astrolabio y el telescopio, han sido importantes para el desarrollo humano en diferentes épocas y ámbitos. Es difícil elegir cuál es más importante ya que cada instrumento tuvo relevancia en su respectiva época. Lo que sí es cierto es que sin ellos nuestro conocimiento no sería el mismo.
     Mirando al firmamento el primero nos posiciona en el interior y el segundo nos permite ver otros mundos más allá del nuestro. 
    ¡Ah! Y ya que hablamos de miradas, que no se me olvide que, para mí, el mayor invento de la historia de la humanidad, en lo que a instrumentos ópticos se refiere, son las gafas. Parece una tontería, pero sin ellas no podría haber escrito estas líneas. Así que, a quién inventara las primeras gafas, que creo que fueron unos monjes italianos, mi más sincero agradecimiento.

Referencias:


Con esta entrada participo en la iniciativa #Polivulgadores de Café Hypatia con el tema #PVmiradas.




Comentarios

Lo más visto

El amarillo de todas la miradas

Lo que más ha gustado

El amarillo de todas la miradas

Hasta hoy nunca me había sentido el blanco de todas las miradas , mejor dicho, el amarillo. Al llegar el verano tengo la costumbre de acercarme al parque que está al lado de casa y sentarme a leer. Hay un banco que me gusta especialmente. Hoy, como cualquier otro día, me he sentado, he abierto mi libro y me he puesto a leer.     No ha pasado mucho tiempo hasta que me he sentido incómoda. Notaba que las viejecitas del banco de enfrente me miraban y cuchicheaban entre ellas. De las tres, la más anciana me miraba con cara de pena y de preocupación. Las otras dos, más descaradas, me miraban entre jocosas y sorprendidas. ¡A saber qué estarían pensando!     No han tardado mucho en irse, pero les he visto mirar hacia atrás mientras caminaban. No he entendido sus miradas . He echado un vistazo a mi vestimenta por si acaso llevaba algo del revés, y no. Llevaba pantalones cortos, una camiseta de propaganda, alpargatas y todo en su sitio. Bien peinada, me acababa de bañar, y en mis manos tenía

I Congreso Washasha University 🎓 (para jóvenes promesas)

Seguro que ya sabéis que la ciencia no se hace sola, que hay que hacerla. Y después ¿qué?. Supongo que nadie creerá que sólo hay que sentarse y esperar a que lleguen las críticas o los elogios. ¡No! También hay que publicitarse, darse a conocer y pelearse con otros para que lo que queremos contar se difunda. Por lo tanto tiene que resultar interesante. Así que, además de largos y sesudos estudios, también hay que hacer de comercial de nuestra propia investigación.      ¿Competencia? claro. Imaginad que vuestro estudio científico es muuuuuuuy bueno y que además habéis hecho un descubrimiento importante...sólo es bueno si alguien lo lee, ¿no? Eso significa que debemos generar el suficiente interés sobre nuestro trabajo para que alguien nos escuche o nos lea.  ¿Cómo lo hacemos? A día de hoy habrá que darle una vuelta por las redes, publicarlo en alguna revista o presentarlo en un congreso.      Imaginad ahora un congreso de ciencia, lleno de gente dispuesta a escuchar, pero en la que hay

May the ´Darth´ side of the Science be with you.