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Jeanne Baret

¿Una pensión vitalicia otorgada por un rey a una mujer? Sí, curioso pero ocurrió. ¡Cosas que pasan no muy a menudo! La historia comienza con una vuelta al mundo y está llena de botánica. 
    ¿Os suenan estas bonitas flores? 
Imagen de Logga Wiggler en Pixabay
 
    Se trata de Bougainvillea spectabilis (buganvillas). Su nombre se debe a la expedición que partió de Francia con la intención de buscar nuevas especies de plantas y con la que Jeanne Baret circunnavegó el mundo. Nos parece sencillo, ¿verdad? Pues no lo es.
     En aquel momento la Marina Francesa no permitía embarcar a mujeres en sus naves, así que a Jeanne no le quedó más remedio que hacerse pasar por el asistente del naturalista y botánico Philibert Commerson. Para ello tuvo que recurrir a ropas de hombre y hacerse pasar por uno de ellos.
     Pero empecemos por el principio. Nació el 27 de julio de 1740. No se sabe demasiado de sus primeros años de vida. Sin embargo, dados sus conocimientos, parece que la infancia de Jeanne Baret transcurrió entre plantas las cuales aprendió a recolectar y a diferenciar. Parece que tenía conocimientos de botánica medicinal y eso fue lo que le dio el sobrenombre de la “mujer de las hierbas”. Posiblemente su aprendizaje fue autodidacta. 
     Nunca recibió educación formal, sin embargo adquirió grandes conocimientos de botánica. Esto le permitiría participar en la expedición de Bougainville alrededor del mundo. Entre 1760 y 1764, Jeanne trabajó como ama de llaves en la casa del naturalista Philibert Commerson. Tras el fallecimiento de su esposa, Jeanne se convirtió su amante. 
    Con él tuvo un hijo que fue entregado en adopción pero que falleció un año después. Del mismo modo Commerson, dejó a su hijo legitimo a cargo de uno de sus cuñados y jamás lo volvió a ver. Cuando Commerson se convirtió en botánico oficial de la corte francesa, Jeanne se fue con él a París y siguió trabajando como su ama de llaves y enfermera personal. En aquel momento el nombre que usaba era Jeanne de Bonnefoy. 
            El 1765, el gobierno francés tenía dos grandes rivales, Gran Bretaña y España. Por miedo a que ambos países le adelantaran en conocimiento y expediciones, encargó al almirante y explorador Louis-Antoine de Bougainville el descubrimiento de nuevos territorios para la Corona. Bougainville (sí, el que da nombre a las flores) pensó enseguida en Commerson y le pidió que le acompañara en su travesía.
     ¿Y cómo podía llevarse a su querida Jeanne? El naturalista aceptaría la propuesta si su asistente personal podía acompañarle. La Armada Francesa prohibía embarcar mujeres en sus navíos…Algo había que hacer, si no se permitían mujeres Jeanne como Jeanne no podía ir, así que idearon un plan: Jeanne se vestiría con ropas de hombre, se haría pasar por uno (por su asistente) y se cambiaría el nombre por Jean Baret.
Jeanne Baret con vestimenta marinera. 
Autor desconocido 1816

    Tuvieron suerte con su argucia ya que les fue asignado un camarote para ellos dos. Así, ocultar que Jean era en realidad una mujer, no resultó tan complejo como lo hubiera sido en otras condiciones. La expedición de Bougainville estaba formada por dos barcos, el Boudeuse y el Étoile, que zarparon de Nantes en 1766. Una de las primeras escalas fue en Montevideo. Al llegar allí Commerson estuvo incapacitado de forma temporal debido, entre otras cosas, a mareos y una úlcera en la pierna.
    En esa tesitura ¿qué podía hacer Jeanne? Pues hacer el trabajo sola. Hizo expediciones por las llanuras y las montañas. Se encargó tanto de transportar suministros como de recoger muestras mientras Commerson reposaba en la cabina. Al llegar a Brasil, Jeanne hizo un descubrimiento que le fascinó. Una planta trepadora espectacular. ¿Qué nombre le puso? Eso es, buganvilla en honor al líder de la expedición. 
    Debido a la mala salud de Commerson la mayor parte del trabajo de recolección de ejemplares y de su catalogación lo realizo Jeanne. No se sabe la cantidad exacta de plantas que puedo recolectar, pero fueron más de 3000 nuevas plantas. El botánico de la expedición era Commerson que, por supuesto, se reservó para sí mismo el poner nombre a unos cuantos ejemplares. Le dejó a Jeanne poner nombre a una de ellas, Baretia bonafidia. La pena es que ya había sido clasificada anteriormente y no conservó el nombre. Se llama Turraea. En la actualidad, sí hay una con el nombre de Jeanne, Solanum baretiae.

Tepe E, Ridley G, Bohs L (2012) A new species of Solanum named for Jeanne Baret, an overlooked contributor to the history of botany.


     ¿Os imagináis una vuelta al mundo en un barco de la época? Aunque la expedición fuera un éxito pero eso no les libraba de sufrir los rigores de la navegación. Jeanne, como toda la tripulación, tuvo que hacer frente a terribles tormentas al cruzar el estrecho de Magallanes. En su caso, además, tenía que estar constantemente alerta para evitar que su secreto se descubriera. No debía ser facil pasar desapercibida en un entorno tan pequeño. 
    Mantener una farsa tanto tiempo es costoso y los rumores sobre que había una mujer a bordo acabaron extendiéndose. Como es lógico muchos marineros señalaron a Jeanne. François Vivès, un miembro de la expedición, escribió en sus memorias que Jeanne, para hacer frente a los rumores, les dijo a sus compañeros que unos piratas otomanos le habían castrado. Parece que se lo creyeron. 
    Al final todo se termina sabiendo y, aunque no se sabe muy bien como ocurrió, Jeanne fue descubierta al llegar a Tahití. Hay quien dice que fue delatada por los nativos al darse cuenta de que era una mujer. Otros afirman que fue la tripulación. Se dice que Jeanne fue acorralada y obligada a punta de pistola a desnudarse. También la violaron. Fuera como fuera, tuvo que ser terrible.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-57409651
Imagen de JEFFDELONGE

     Bougainville no podía regresar a Francia corriendo el riesgo de llevar una mujer a bordo. ¿Cómo podría explicarlo? Ante la tesitura tomó una decisión muy dura: abandonar a Jeanne y a Commerson en Isla Mauricio. La estancia en Mauricio sirvió a la pareja para realizar varios viajes a Madagascar. Fue el propio gobernador de la isla, Pierre Poivre, el que les invitó a realizar esas expediciones. Madagascar fue descrita por Commerson como "una tierra prometida para los naturalistas". 
    Durante ese periodo Jeanne siguió ejerciendo de ama llaves y enfermera de Commerson hasta que éste murió en marzo de 1773. A partir de entonces poco se sabe sobre la vida de Jeanne Baret. S
egún dicen algunos de sus biógrafos, podría haber trabajado de tabernera en la isla y haber conocido a un suboficial de la marina francesa llamado Jean Dubernat, con quien se casaría en 1774. Regresaron a Francia tras dar la vuelta al mundo.
Imagen propia

    La vida a veces te da sorpresas. Al llegar a París, Jeanne se enteró de que era la heredera de Commerson. La herencia debía ser considerable y, tras tantos avatares, Jeanne era una mujer rica. Una década después a Jeanne le fue concedida una pensión vitalicia por parte del gobierno francés y el merecido reconocimiento, aunque no público, por haber formado parte de la expedición que tanto había aportado a Francia. Jeanne Baret murió en Saint-Aulaye, Francia, el 5 de agosto de 1807, a los 67 años.
    En “El descubrimiento de Jeanne Baret”, la historiadora británica Glynis Ridley explica que se encargó de recolectar plantas junto a Commerson todo el tiempo que estuvo embarcada, que cuando la mala salud de éste le impedía hacerlo era Jeanne la encargada y que, por ello,  “Baret era una botánica por derecho propio”  
    Para poder contaros esta historia he recopilado información de las siguientes fuentes:
Jeanne Baret
Entrada creada para colaborar con https://cafehypatia.wordpress.com/ como tema libre #PVfebrero23 #polivulgadores

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