En la actualidad usamos cada vez más la escritura digital, el uso masivo de ordenadores, tablets y teléfonos móviles ha convertido escribir a mano en una rareza. Este proceso digital afecta de manera clara a la forma en la que aprendemos, comprendemos y elaboramos contenido. Supone un cambio en la cognición y exige una forma diferente de abordar el estudio del conocimiento humano.
A lo largo de la historia la forma de conocer y las funciones de innovación del sujeto se han modificado, por lo que ante la escritura digital nos encontramos en una nueva fase que exige un análisis por parte de la epistemología de lo que el nuevo sujeto supone.
Todas las teorías epistemológicas contienen una teoría del sujeto del conocimiento tanto de forma descriptiva como normativa. Ningún modelo epistemológico puede crearse prescindiendo de este sujeto y éste, a su vez, no puede ser independiente del contexto cultural. En definitiva, una nueva escritura digital, modifica al sujeto y la epistemología histórica debe centrase en él.
Todas las teorías epistemológicas contienen una teoría del sujeto del conocimiento tanto de forma descriptiva como normativa. Ningún modelo epistemológico puede crearse prescindiendo de este sujeto y éste, a su vez, no puede ser independiente del contexto cultural. En definitiva, una nueva escritura digital, modifica al sujeto y la epistemología histórica debe centrase en él.
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Algunas tablets (Stable Diffusion) |
La mente humana tiene una capacidad limitada de recibir, almacenar y procesar información generalmente como resultado de estrategias de adaptación evolutiva. Evidentemente es propio de la inteligencia humana ser capaz de crear elementos que, a través de medios artificiales, nos permiten almacenar una mayor cantidad de información, transmitirla y comprenderla. Para ello es necesaria la escritura porque es el proceso en el que la memoria se convierte en algo externo se produce una modificación de nuestra relación con el conocimiento.
La existencia de una memoria despersonalizada hace que saber se haya convertido en saber hacer uso de lo que tenemos disponible. El aprendizaje o el conocimiento ya no está relacionado con una experiencia, eso significa que en el momento en el que no contamos con esas herramientas exteriores en nuestras manos, nos convertimos en unos grandes ignorantes.
Nos faltan estrategias para resolver problemas, y como el conocimiento no está vinculado de ninguna forma al sujeto cartesiano, parte de las deducciones y parte de la resolución de los problemas que podríamos crear quedan excluidos.
Es destacable que cada vez son más los alumnos que cuando van a clase, no prestan atención, no entienden y no se molestan en tomar apuntes. Sin embargo en el momento en el que llegan a casa buscan en un video de Youtube la misma explicación que se les ha intentado dar en clase. Mi experiencia es que al no participar de forma activa en el aprendizaje, su capacidad de abordar problemas es nula salvo que se trate de una réplica exacta de aquellos que se usan como modelos básicos.
Cada día encuentro más estudiantes con problemas de comprensión lectora, de escritura y de abstracción, por no hablar de su memoria, que suele ser escasa. Considero que por su vinculación con internet y con las redes sociales, los contenidos fuera de esos ámbitos no tienen ningún interés para ellos. Les gusta buscar todo en las redes, pero eso se traduce en una disposición enorme de contenidos vacíos. Una vez que han acabado de ver el vídeo o han leído un texto en las redes, se les olvida. Su cerebro asume que es contenido que está siempre a su disposición y no hace falta trabajar sobre él para comprenderlo y, por supuesto memorizar queda absolutamente descartado. Vivimos de pantallazos y de búsquedas en Google y como sujetos pensantes, cada vez elaboramos menos nuestras ídeas y pensamientos.
Referencias:
Apuntes de Julián Pacho Telleria (para el Máster de Cultura Científica de la UPNA)
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