- Donna Strickland, su trabajo conjunto con Gérard Mourou le valió el Premio Nobel de Física, otorgado el 2 de octubre de 2018. Su invención de la amplificación del pulso gorjeado condujo al desarrollo de aplicaciones con láser de alta intensidad.
- Andrea M. Ghez, en octubre del 2020, se anunció que ella y Reinhard Genzel por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia obtendrían el Nobel de Física.
- Esther Duflo, obtuvo el Nobel de Economía en 2019 junto a otros dos investigadores, Abhijit Banerjee y Michael Kremer, por su "enfoque experimental para aliviar la pobreza global".
- Shafrira Goldwasser, recibió en Premio Turing en 2012 junto a Silvio Micali, quienes en conjunto han desarrollado nuevos mecanismos para encriptar y hacer segura la transmisión de información y realizar avances fundamentales en la teoría de la complejidad computacional.
- Ada Yonath, celebre por realizar un trabajo pionero sobre la estructura y función del ribosoma, recibió el Premio Nobel de Química en 2009, junto a Venkatraman Ramakrishnan y Thomas Steitz.
- Frances Arnold, es una pionera en la evolución dirigida. Se trata de un método de la ingeniería de proteínas que comprime procesos de las enzimas, que normalmente tardan millones de años, en días o semanas. Por ello fue galardonada con el Premio Nobel de Química en 2018, junto a George Smith y Gregory Winter.
- Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna , recibieron el Nobel de Química 2020 por el desarrollo de un método para editarel genoma: CRISPR/Cas9. Una herramienta para reescribir el código de la vida que puede hacer realidad el sueño de curar enfermedades hereditarias.
- Carolyn R. Bertozzi, junto a Morten Meldal y Barry Sharplesshan recibió el Premio Nobel de Química de 2022 por desarrollar un revolucionario concepto para producir moléculas, fármacos y nuevos materiales, de manera rápida a partir de pequeñas unidades, la denominada química clic.
- Elisabeth H. Blackburn, en el año 2009, recibió junto a Carolyn W. Greider y Jack W. Szostak, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por su descubrimiento de la telomerasa, enzima relacionada con los procesos de envejecimiento celular y con el cáncer
- Mary Britt Moser, en 2014 recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina junto a Edvard Moser, y Jhon O’Keefe por su investigación en el cerebro, que les permitió descubrir el sistema que posibilita la orientación en el espacio.
- Tu Youyou, recibió la mitad del premio Nobel de Medicina en 2015 por descubrir la eficacia de la molécula antimalárica de la planta Artemisia annua, y la otra mitad del premio fue a parar a Satoshi Omuray y William Campbell.
- Elinor Ostrom, compartió el Nobel de Economía, en 2009, con Oliver Williamson por su conocimiento de las instituciones del mercado y la relevancia que tienen como mecanismo en la resolución de conflictos.
¿No os parece curioso que en todos los casos el premio esté compartido con hombres?
Vivimos en una sociedad repleta de estereotipos que señalan que “las mujeres no son buenas en ciencias” y “no les gustan las matemáticas”. Este pensamiento no es exclusivo de los hombres, las mujeres también somos partícipes. Por esta razón, muchas chicas a pesar de ser buenas y gustarles la ciencia, no desarrollan carreras científicas.
Los estudios relacionados con la participación de las mujeres en ciencia revelan que nos encontramos con muchas más dificultades que los hombres para desarrollar actividades científicas y nuestra representación está sesgada en ese campo, siendo muy inferior a la de los hombres.
Lo habitual es que cuando una persona alcanza logros de cualquier índole se convierta en un ejemplo para el resto. ¿Tenemos las mujeres ejemplos de mujeres con altos logros científicos? La respuesta es sencilla, muy pocas.
La ausencia de estos modelos crea una situación en la que muchas mujeres no se decantan por las carreras STEAM por falta de contacto temprano con la ciencia bien sea por el modelo educativo, por los estereotipos o por la escasez de ejemplos a seguir. En los últimos años se están llevando a cabo programas para la mejora de la percepción y la creación de vocaciones STEAM en las niñas.
A pesar de ello y aun cuando hay una mejora en la percepción por parte de la chicas hacia la formación STEAM, las dificultades que presenta desarrollar una carrera científica siguen siendo mayores para las mujeres que para los hombres. Se encuentran en su vida profesional con una brecha salarial y con la imposibilidad de conciliar su vida personal y con la profesional. Además hay que añadir que en el desarrollo de su trabajo se encuentran con una mayor presión para alcanzar logros y realizar tareas. El hecho de que haya pocas mujeres puede hacer que no sientan apoyo de grupo y les sitúe en una posición minoritaria.
Eliminar esta situación sólo se puede abordar desde la sociedad al completo, es dentro de la propia sociedad donde están arraigados los sesgos que ven a los científicos como hombres, blancos y de cierta edad. Bajo la premisa de que estos sesgos se hacen visibles en toda la sociedad es lógico suponer que las mujeres no nos vemos representadas en el ámbito científico y por ello, a pesar de los esfuerzos, queda un largo trecho para conseguir la igualdad de mujeres y hombres en la representación de la ciencia.
El objetivo deber ser eliminar estos sesgos de género para que cuando a una mujer se le otorgue un premio científico dejemos de sorprendernos porque sea mujer y sólo nos fijemos en sus aportaciones.
Referencias:
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