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Tecnociencia

Lo primero que tenemos que aclarar es que no toda la actividad científica es tecnología. Sin embargo en los últimos años hay una interacción muy clara entre ambas. Por lo debemos especificar y hablar de tecnociencia.
    La tecnociencia ya no es sólo conocimiento científico, es una actividad que transforma la realidad y es la causa de la transición de la filosofía del conocimiento científico a la filosofía de la actividad científica.

    En los últimos años ha quedado patente que la ciencia no es siempre un proceso libre de ideologías y alcanzable. La ciencia como construcción colectiva no es impermeable a la sociedad, así que a lo largo del tiempo ciertos estereotipos y prejuicios sociales se han filtrado a sus valores. 

    Tradicionalmente los autores implicados en el análisis de la ciencia en la historia no han contemplado la inclusión del género en ese análisis y es precisamente un análisis de la implicación de las mujeres en ese área, la que nos permitiría comprender cómo se relacionan con la tecnología. El objetivo es entender cómo es esta relación en el proceso creativo, en la producción, en el uso y en las aplicaciones de la tecnología.


Ficción tecnológica (Stable Diffusion)


    La tecnociencia busca la transformación, no sólo de la naturaleza, sino también de la sociedad y de los seres humanos. No se limita a explicar sino que intenta transformar. La verdad no es un punto central sino que lo son los mundos o los escenarios artificiales construidos o posibilitados por la propia tecnociencia. Se enseña públicamente, pero su conocimiento y su práctica no son universales y suponen un aval del sistema de producción postindustrial.

    Por tanto, podemos decir que la tecnociencia analiza el entorno pero no utiliza una perspectiva de género, comprende que las influencias entre la sociedad y la ciencia son grandes pero no se distinguen ni separan. Esta circunstancia en la actualidad, provoca situaciones en las que la tecnología, tanto en su creación como en su aplicación, genera sesgos que en muchas ocasiones están determinados porque no se tienen en consideración los estudios de género, ni para su aplicación ni para la aplicabilidad de la tecnología.

    Relacionado directamente con esta situación, hoy precisamente, he leído un artículo que señalaba que las inteligencias artificiales eran racistas y sexistas. De lo que deduzco que la tecnociencia analiza el entorno pero se fundamenta en otras cuestiones y no tiene en cuenta los estudios de género.

    Podéis encontrar la noticia en el siguiente link:

 

https://www.elcorreo.com/xlsemanal/ciencia/inteligencia-artificial-discriminacion-tecnologia-chat-gpt-dalle.html

 

    Si os apetece leer un microrrelato sobre los sesgos de la tecnología, os animo a leer En el jardín donde,  de una forma ficticia y con cierto grado de humor, la tecnología deja claros sus sesgos. Y si queréis saber en que punto del aprendizaje de una IA aparecen los sesgos lo podéis encontrar aquí.


Referencias:

Apuntes de María M. Álvarez Linares (Máster de Cultura Científica de la UPNA)




 

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