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Atada

Me acaban de gritar para que me levante: “Mari, mueve el culo que llega otro que hay que arrastrar”
    Otro día como una “ganapán”, ni nos miran por la calle, somos lo más bajo de toda la sociedad. No queda nadie que haga nuestro trabajo. Hace unos años estaba bien visto, ahora nos desprecian.
    Hago esto por esas dos hijas sin padre a las que tengo que alimentar. Me siento una anciana a pesar de tener 25 años, soy mayor lo sé, pero no tanto. El frio, la lluvia y la energía que no tengo me pesan mucho. 
    Saldremos adelante, es lo que me digo cuando tengo que tirar de la sirga para que el barco avance lento por la ría. Espero que mis hijas logren un futuro mucho mejor que el que me espera a mí.

Dora Salazarren 'Zirgariak' eskultura taldea. (Bilbo, 2021)
Imagen de Makeip en Wikimedia Commons



    Me gustaría que ellas no tuvieran que deslomarse para sobrevivir, quiero que estudien y que, en el futuro, sean alguien. Intentaré mandar a la mayor a aprender a coser y que se pueda ganar el pan sin agotarse. La pequeña es un terremoto, tal vez encuentre sitio en alguna fábrica. Lo importante es que sobrevivan a la miseria que nos rodea y que puedan ir por la calle con la cabeza bien alta.

    Lo harán, su ama1 estará ahí para recordárselo y para guiarlas en lo que pueda. Es ridículo, pero tengo un sueño. Sueño que, dentro de muchos años, alguien recordará nuestro trabajo, el de las sirgueras. Ahora con sobrevivir es suficiente.

 

 

madre en euskera


    Podéis leer sobre la sirgueras (Zirgariak) en el siguiente enlace:


https://www.yorokobu.es/sirgueras/



Microrrelato creado para colaborar con Divagacionistas con el tema  #relatosSobrevivir




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Divergencia de opiniones

  En cualquier lugar - ¿Has visto? Xilú es especial, apenas tiene un año y ya te mira como si se fuera a arrancar a hablar y darte un discurso. Me maravilla, desde que nació noto que tiene algo distinto. - Si tú lo dices. Es un bebé, yo no veo nada especial.  - ¡Tú no eres madre y no lo entiendes! - Será eso. Un año después - ¿Has visto? Cuando el resto llora, Xilú calla. Es muy especial, se mueve con calma y su primera palabra ha sido: música. Le encanta oír música.  - ¡Qué bien! Es muy bueno que le guste la música, pero que no llore cuando lo hace el resto... - Eso es porque ha madurado antes que el resto.  - Claro, claro.  Otro año después - ¿Has visto? Xilú es especial, habla lo justo, se sienta a ver la televisión y puede ver un programa de debate sin hablar, alerta y en silencio. A veces creo que está reflexionando sobre lo que dicen. Pone una cara muy graciosa cuando lo hace. - ¿No crees que eso es poco frecuente? Sólo tiene tres años.  - ¡No es raro, es especial! - Vale, vale.

Flores negras

Iba a ser un día especial. En su llamada captó la promesa de una noche inolvidable.  El suave susurro de su voz rozando sus tímpanos lo dejó claro. Era un roce sonoro lleno de expectativas, deleite, dulzura y con la promesa de recrearse en el roce de sus pieles.      La mañana fue un continuo ir y venir, pero improductiva. Varios encontronazos con colegas, pequeñas frases sin relevancia que rozaban la estupidez y arañaban sus ideas. Esos roces siempre eran molestos.      Rozando las seis se preparó para irse. Quería llegar cuanto antes. Se cambió de calzado. No iba a perder el tiempo en el autobús, no. ¡Gente rozándote por todos lados! Volvería andando.      No tardó mucho en darse cuenta de que, por evitar algunos roces, había sufrido otros. Las malditas zapatillas no eran adecuadas y el roce provocó un par de heridas. En fin, ya estaba hecho. No dejó de caminar.      Antes de rozar el llavero, la puerta se abrió. La bienvenida a casa consistió en un leve roce en los labios, una p

May the ´Darth´ side of the Science be with you.