Ir al contenido principal

Sin sal

Me lo habían advertido: “Es imprescindible que la lleves”, respondí: “ ¡Bah! Tonterías”. Cinco días de travesía no eran nada. Eso sí, me había cargado de barritas, para aguantar las caminatas, agua y listo.
    Comencé la travesía. Estaba feliz, no dejaba de imaginar la cantidad de fotos que podría poner en mis redes sociales. Mientras andaba, con la mochila a mi espalda, no dejaba de pensar en la de “likes” que iba a conseguir. Para alguien tan urbanita como yo, el reto se antojaba complicado, pero no imposible. Eso me daría más vida en redes, quizás algún patrocinio y, tal vez, unas charlas contando mi experiencia.
En apariencia todo perfecto, ni lo dudaba. ¡Idiota de mí! 
    El primer día las cosas fueron bien, pero noté que bebía mucho y que sudaba sin parar. El segundo lo pasé a duras penas. Me empezó a preocupar que la sed era continua, que no dejaba de sudar y que mis reservas de agua mermaban. El tercer día agoté el agua, me quedaban barritas, pero ya no sentía hambre, únicamente sed.



    Los pensamientos del primer día, se evaporaron junto a mis ilusiones de hacerme un hueco como influencer. Mi único objetivo era sobrevivir.
    ¿El calor? Como nunca había sentido. Sudaba a mares. Ni una sombra donde cobijarse. ¿El agua? Llegué a pensar que se había evaporado. ¿Las barritas? Ricas, pero me daban sed, mucha. ¿El desierto? Un infierno. ¿Sus nómadas? Generosos. Gracias a ellos os lo puedo contar. ¿Aprendizajes? La sal es imprescindible para sobrevivir.
    Mis ansias de hacerme notar no han sobrevivido, por fortuna, yo sí.


Microrrelato creado para colaborar con Divagacionistas con el tema  #relatosSobrevivir


 

 

Comentarios

Lo más visto

Descubriendo a Betty Molesworth

Lo que más ha gustado

Descubriendo a Betty Molesworth

Betty Molesworth surgió en una conversación, en concreto, de botánica. Estábamos Eduardo Bazo y yo enzarzados en una charla muy amena, como son siempre las charlas con Eduardo ( @loeflingia ). Mencionó el tema de las mujeres que han hecho contribuciones a la ciencia y al conocimiento que resultan muy relevantes, pero que a menudo olvidamos o ni siquiera conocemos. Betty Molesworth está entre ellas. Ilustración de Ane Laburu     La busqué, pero no había mucha información sobre ella. Le pedí ayuda a Eduardo porque quería saber más. Me envió el artículo que había publicado en Hidden Nature   y, cuando empecé a leer la historia de Betty, pensé: «Me habría encantado que fuera mi abuela. ¡Qué mujer más intrépida, peleona y generosa!» Imagen de The British Fern Gazette     Y así fue como surgió la idea de empezar a investigar sobre la vida de Betty Molesworth. Me resultó interesante desde el principio y, poco a poco, fui descubriendo su vida. De esa forma su...

Marchar o dar vueltas

Como en muchas ocasiones anteriores parto de una pregunta; ¿debemos hablar de progreso o de innovación? En la actualidad todo lo que hacemos ¿es innovar o es progresar?.      Lo primero que tenemos que hacer es distinguir entre qué es innovar y qué es progresar. Podemos entender por progreso el avance que permite alcanzar un estado mejor, más desarrollado y más avanzado. Entre sus sinónimos encontramos adelanto, avance, ascenso, mejora, perfeccionamiento y superación.      Por su parte, la innovación es una acción para cambiar y llegar a una novedad. Su base no tiene que ser directamente la creación, sino que puede consistir en mejorar lo que ya existe, solucionar un problema o facilitar una actividad. ¿Progreso? (Creado con Stable Diffusion)      Partiendo de ambas definiciones se nos presenta una cuestión muy compleja, la de decidir si tenemos que progresar o si lo que debemos o podemos hacer es innovar.     T endríamos que...

May the ´Darth´ side of the Science be with you.