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¡Suspenso en pintura!

29 de febrero de 2024. Un salón de una casa


- ¡Aita, me ha suspendido el cuadro!

- ¡Qué dices! Si es una chulada. 
- Me ha dicho que no he hecho lo que nos ha pedido. ¡Que es ridículo lo que he pintado!
- ¡Perdona! Flipo. El tema estaba claro y lo que tú has pintado es lo que os pidió. Me parece que no lo ha entendido.
- Eso le he dicho, y se ha enfadado. No se lo he dicho a malas, al revés, quería aclarárselo. 
- Y ¿qué te ha contestado? 
- Me ha gritado que no tengo ni idea de arte, que mi dibujo no tiene ningún tipo de interés y, además, que no me he ceñido al tema.
- ¡Imposible! Ya te conoce, ¿no? No es el primer cuadro que pintas para sus clases.
- Claro que me conoce y el anterior le pareció magnífico, por eso creo que se ha enfadado. Supongo que piensa que he hecho el vago, que lo he pintado a todo correr y sin ganas. 
- Vamos a ver, que yo me entere. Sabe que pintas bien y se lo has demostrado, entonces no entiendo el cabreo. ¿Sabe que te gusta el espacio, la astronomía y la exploración espacial?
- ¡Aita, por favor! Como no lo va a saber si el anterior cuadro fue la Voyager I. Ni siquiera ha pillado que éste era la continuación.
- No pasa nada, en esta vida hay que aprender de todo, incluso a suspender.
- Ya, pero me da rabia. Cuando he intentado explicarme lo único que me decía era que había pintado un cuadro negro, con chispitas y un puntito.
- Centrémonos por si se nos escapa algo, ¿qué os había pedido?
- La Tierra en toda su magnitud. Casi todo el mundo ha dibujado enormes esferas azules, algunas con manchas blancas y poco más. ¡En fin!
- ¡Pues vaya cosa! Ya me imagino que piensan que la grandeza está en el tamaño y no en la esencia. Contra eso poco se puede hacer.
- Aita, has dado en el clavo. Yo quería contarle que precisamente esa es la imagen de la Tierra en toda su magnitud. Una pequeña bolita azul flotando en la inmensidad del Universo, rodeada de pequeñas chispas de luz, su grandeza está en lo que es, en la cantidad de vida que posee, en toda la riqueza que habita en ella y en que, por pequeña que parezca en la distancia, para los seres humanos es lo más grandioso que existe.
- Supongo que no se ha dado cuenta de que lo que has pintado con esos matices de negro, pequeñas pinceladas brillantes y un pequeño puntito azul, es la representación de la imagen que tomó la Voyager I a 6000 millones de kilómetros de la Tierra.
- ¡Tal cual! No ha entendido, no le gusta y me ha gritado. Así que para lo siguiente que pida me voy a limitar a dibujar una bola enorme. Si me pide un caballo…una bola, si me pide una mesa…una bola y si me pide una bola… pintaré dos.  
- ¡Je, je, je! No te preocupes por el suspenso. La perspectiva cambia si te alejas un poco. El suspenso no es importante en nuestra bola azul enorme. Ahora imagina la palabra “suspenso” en el pequeño puntito azul de tu cuadro, ¿qué sería?.
- ¡Nada! 

En un futuro muy, muy lejano y muy, muy lejos de aquí

    Todas las noches se sentaban en la misma posición. Era un cubículo cuadrado con una pequeña ventana al exterior. Lo único que se podía ver a través de ella era la oscuridad del espacio profundo. 
    Hacía siglos que se habían convertido en las exploradoras de su especie y, cada noche, se reunían para contarse su día. Tras la cháchara sobre sus actividades, permanecían en silencio.
    Durante un rato miraban la grandeza de lo que había sido el hogar de su especie. Lo tenían delante, en el pequeño cuadro negro, con chispitas de luz y un puntito azul que, con mimo, alguien había colgado en la pared. 

Un puntito azul. Pintura digital creada por @darthscience666



Entrada creada para participar como #Polivulgadora en la iniciativa de Café Hypatia con el tema #PVpuntoazul
 

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—¡Un sobre, un sobre! — grité cuando lo vi.      En alguna ocasión os he contado que, desde muy pequeña, quienes bien me quieren NO me han hecho llorar, al contrario, me han hecho disfrutar y han alentado mi curiosidad con regalos que me han permitido entender algunas de las maravillas que nos rodean…esqueletos, juegos de química, microscopios, muchísimos libros y algún que otro sobre.      El 6 de enero de 2019 me encontré con uno de estos sobres y dentro: un viaje a Ginebra para visitar el CERN . ¡Iba a ir al lugar donde cogen partículas, les dan una velocidad propia de Star Wars y las hacen chocar!      Os podéis imaginar la ilusión que me hizo ir donde se busca lo elemental, y cuando digo lo elemental, quiero decir aquello de lo que está constituido todo, y que ningún ojo puede ver, lo más pequeño de lo pequeño.      Tras los besos, los abrazos, las gracias y algún que otro grito de entusiasmo, la cabeza me iba a mil y me a...

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Pues por tres razones simples: Star Wars, la ciencia y el mal. Está muy claro, ¿no?. No, seguramente  no, así que supongo que a los que estéis aquí os parecerá bien que me explique un poco más.     Star Wars, fue mi primer contacto con el espacio, las naves, Darth Vader, Leia y R2D2. Cada uno me aportó una cosa distinta. Salí del cine feliz. Tenía 4 años y desde entonces me han acompañado la fuerza y el lado oscuro de la fuerza. Sí, el lado oscuro también. No hay luz sin oscuridad.      La ciencia llegó más o menos por la misma época. Mi abuelo había sido marino y había recorrido medio mundo. Le encantaba la física, la astronomía, y los barcos. Lo primero que me enseñó fue cómo rotaba la Tierra alrededor del Sol. Y siempre me dejaba hacer experimentos, que normalmente ensuciaban, explotaban o quemaban. Nos divertíamos muchísimo.      Y esto enlaza con el mal, porque la verdad es que hacer explotar cosas creo que en todos provoca algún tip...

May the ´Darth´ side of the Science be with you.