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¡ÑAM! 2

¿Aburridos de comer? ¿indigestiones? Estamos en la época de comer hasta reventar. Son jornadas contra el hambre. Después de los atracones que nos damos solo queremos un caldito. Seguro que a ninguno se le ha ocurrido mirar si los langostinos están enriquecidos con calcio, o si el turrón lleva fibra soluble, o si el jamón contiene bífidus. Pero el resto del año ¿lo hacéis? Seguro que compráis alimentos que contienen ingredientes que no necesariamente son propios de ese alimento o que carecen de alguno que deberían tener. ¿lo habíais pensado?
A lo largo de los últimos años han aparecido en nuestra cesta de la compra productos diferentes que tienen ciertas peculiaridades. Bueno pues como en ¡ÑAM!  aprendimos los tipos de alimentos de los que disponemos. Hoy vamos a avanzar un poco más y vamos a hablar de los alimentos biofuncionales.

    Son aquellos alimentos que a través de 5 opciones confieren al producto algún tipo de propiedad beneficiosa para la salud. Que esto sea útil o realmente produzca algún tipo de beneficio lo voy a poner en duda.

    Os acordáis de cuando te hacían comer higado si estabas debil, arroz para la diarrea, una tortillita fracesa para el estomago, un caldo para el catarro, o un refresco de cola, o como hemos dicho en ¡ÑAM!, bebidas isotónicas para la diarrea. Que ya sabemos que no es buena idea. Bueno pues ahora esas recetas de la abuela que intentaban mejorar la salud usando los alimentos que tenían a su disposición ahora se han convertido en productos de supermercado.

    En los últimos años se ha relacionado la alimentación con la salud en ocasiones con una peligrosa relación entre la alimentación y la curación de ciertas enfermedades o por el mero hecho de pensar que consumiendo determinados productos se va a estar más sano. 

    Ha aparecido una corriente en alimentación que se denomina ‘nutricionismo’ que cree que los componentes aislados de los alimentos son los que influyen en nuestra salud. Aunque en realidad es la interacción de todos los elementos que componen lo que comemos los que nos aportan lo que necesitamos para estar sanos. Os pongo un ejemplo: en muchas ocasiones consumimos alimentos enriquecidos con calcio, no es necesario si llevamos una alimentación normal y en caso de tener alguna carencia específica (detectada bajo supervisión médica) disponemos de una amplia gama de productos farmacéuticos específicos para solucionarlo. Comer salchichas enriquecidas con leche no nos va a resolver el problema.

Estar bien alimentado, comiendo de forma sana y normal, hace que nos encontremos bien y si tenemos alguna carencia o necesidad especial, que nos hagan un chequeo y que nos den la receta de lo que necesitamos

    Pero vamos al lío. Sed bienvenidos al mundo de alimentos biofuncionales, esos que te van a arreglar el cuerpecito con solo tomarlos, bueno eso es lo que dicen ellos. Los vamos a encontrar en el supermercado de diferente forma pero aquí os dejo unos ejemplos de alimentos biofuncionales.

    1. Eliminación de un componente, por ejemplo es muy habitual en la actualidad que haya gente que consuma productos sin lactosa o sin gluten por cuestiones de intolerancia o por enfermedad celiaca. O como en este caso desnatados por reducir el consumo de grasa tal vez en una dieta de adelgazamiento.


    2. Incrementar un componente, en estos casos se les suele añadir algún componente que enriquezca el producto, como vitaminas o calcio o yodo. En este caso tenemos salchichas enriquecidas con leche (calcio) y sal a la que se le ha añadido yodo y flúor.

 

    3. Concentrar un componente. Leche enriquecida con proteína procedente de leche de vaca y aceitunas anchoa enriquecidas con Omega3. En ambos casos los componentes que se les añade ya forman parte de la composición normal de los productos. En el caso de las aceitunas porque ya contienen anchoas y en el caso de la leche que ya cuenta con proteínas propias.





    4. Sustituir un componente. En el primer caso aunque en la etiqueta no aparezca la palabra mahonesa, es claramente un sustituto, en el que se ha suprimido el huevo y se ha sustituido por proteína de guisante. En el segundo caso tenemos un turrón al que no se le ha añadido azúcar y se ha sustituido por edulcorantes.




    5. Alterar la biodisponibilidad. En este caso encontramos dos productos, el primero de ellos tiene en su composición esteroles vegetales que bloquean la absorción del colesterol y el segundo de ellos tiene Omega3 que se encarga de reducir  los niveles de trigliceridos en sangre. Lo que contribuye a una mejora de la salud cardiovascular.
 

    Como podeis comprobar son alimentos que en muchos casos están llenos de información que justifique los beneficios que pueden tener para la salud. Pero también esconden cositas. En la siguientes entrada ¡ÑAM!3 os explicaré alguna de estas trampillas.

    Por curiosidad he ido a  mirar en mi despensa a ver qué encontraba de este tipo de alimentos. Me ha sorprendido que sólo he encontrado esto: 


    Está claro que no soy fan de los alimentos funcionales😊

    Bueno pues ahora que ya sabéis qué son, aseguraos una buena alimentación con la gran cantidad de productos que tenemos en nuestros mercados y que bien combinados en una dieta normal, no nos curará nada, pero nos garantiza que si nuestro organismo no tiene ningún problema que requiera atención sanitaria, comeremos rico y estaremos perfectamente nutridos.





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May the ´Darth´ side of the Science be with you.