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Metatrón (crónicas de mi sofá multiverso)

Creo que casi todos conocéis mi sofá multiverso. Pero si no es así, aquí lo podéis leer. Hoy os traigo otra de mis aventuras en él. El sábado después de comer me tumbé y se dieron las condiciones perfectas para un viajecito.
    El sofá, en un alarde de manejo espacio-temporal, me llevó al origen de un universo. Siiiiiií y la liada es que igual soy la responsable de la creación de Jeavy Metals Land, varias galaxias y algún que otro agujero negro supermasivo. Se trata de un universo paralelo y allí está Metatrón, una protón majísima. ¡Ah! Y ya que estaba, me dieron una lección de física cuántica, nada más y nada menos que por parte del Profesor Chorringer.

Metatrón 

  Como dijo Jack el Destripador: “vayamos por partes”. El sábado ocurrió; me encontré en el origen de un universo, aquello era un barullo serio. Partículas fundamentales por todos los lados gritando histéricas. Por lo visto estaban todas durmiendo cuando sintieron una terrible explosión. No saben a qué fue debida, si provocada o fortuita. En cualquier caso cuando yo llegué aquello era un pandemonium. No conocía a nadie y me acerqué a la única partícula que me recordaba a alguien.
    Se presentó como Metatrón y me contó que, antes de la explosión, todo estaba junto y que ella estaba dividida en tres partículas más pequeñas. Cada una de ellas iba a su bola, como todas las que allí estaban. (Parece que se corresponde con lo que nosotros llamamos Singularidad). Pero que en cuanto se produjo la explosión, corrieron a juntarse. Así que ella era el resultado de la unión de sus tres divisiones (me dijo que por separado eran Quarks). 
    Os podéis imaginar mi cara , así que le dije que me explicara un poco qué había pasado. Os puedo decir que el aspecto de lo que tenía alrededor no se parecía a nada que yo hubiera visto. Y tampoco lo percibía igual que en nuestro universo.
    Para empezar hacía un calor que parecía que estábamos a las puertas del Infierno. Todo estaba muy concentrado y era muy homogéneo. El tiempo transcurría de forma distinta, como si todavía no estuviera del todo hecho. Curiosamente tampoco veía lo que me rodeaba de la misma forma. Era como si pudiera ver las partes y el todo a la vez. Supongo que igual, en ese comienzo, había más dimensiones.
    Le pedí a Metatrón que me explicara un poco la situación, porque la verdad es estaba un poco despistada. Me dijo que en origen estaban todos en un espacio muy pequeño, pero que como tenía muchas dimensiones se podían mover sin problema de una a otra. Eso permitía que todas las partículas estuvieran a su aire. De repente notaron algo raro y todo voló. La temperatura era muy elevada y la presión también. Las partículas querían ir cada una a su aire, pero no podían. Me dijo que los habitantes de ese espacio eran pocos y muy iguales, pero que con el susto se habían ido agrupando.        
     Me explicó que empezaron a sentir fuerzas que antes no habían notado y que eso les molestaba bastante, en especial, a los que llamó Luzones (supongo que fotones en nuestro universo). Por lo visto también había más partículas. Me habló de unas especialmente pegajosas que te pegan con otras, de forma que pierdes tu propia identidad (me imagino que hablaba de gluones). Os dejo unos dibujos que por casualidad encontré de algunas de esas partículas. 


    No tenía nada mejor que hacer así que me quedé con ella a ver qué pasaba. Los ánimos se iban enfriando y la temperatura iba bajando. Estuvimos de charla un buen rato hablando de lo humano y lo divino, de la luz y la oscuridad. Lo cierto es que Metatrón tiene una conversación de lo más interesante.
    Me preguntó por nuestro universo. Le conté lo que sabía de su formación y me dijo que igual ellas acababan de forma similar. Sentía curiosidad por saber qué me gustaba y le dije que una de las cosas que más me gustaba es la música. En especial el Heavy Metal y el Metal Industrial, bueno y el Tanz Metal. Le expliqué cómo sonaba y me dijo que si podía iba a formar una banda.
    Así estuvimos un buen rato y, poco a poco vimos cómo las cosas se iban aclarando. Los Luzones se fueron dispersando, algunas partículas se iban uniendo y se formaban partículas un poco más grandes. Y apareció el Lado Oscuro. Las partículas eran pocas, algunas se quedaron sin compañera y, a estas pobres, las cuatro fuerzas que habían surgido con el enfriamiento (dictadoras las fuerzas) las habían ido uniendo. 
    De repente Metatrón y yo notamos que nos arrastraban junto con otras partículas y que nos íbamos agrupando. Empezamos a estar un poco pegadas y nos dimos cuenta de que nos habían unido con otras partículas parecidas. Estábamos encerradas en el interior de algo que, al principio, no supimos que era. Había otras pequeñas partículas volando a nuestro alrededor (me recordaban a los electrones)  y allí dentro (supuse que era el núcleo de alguna partícula más grande) estábamos Metatrón y yo. Había unas partículas muy aburridas, sin chispa… Sosones las llamaban (en nuestro universo supongo que neutrones).
    Para no aburrirnos, porque no había gran cosa que hacer, decidimos montar una serie de conciertos de Heavy Metal con gran éxito. Claro que, como éramos tantas, algunas se marcharon con gran estruendo y mucha energía. Continuamos montando sesiones de Heavy Metal y fuimos evolucionando en estilo, lo que hizo que algunas partículas más se marcharan, igual que había ocurrido anteriormente. Aquello estaba decayendo rápidamente. Después de unas cuantas huidas más de partículas terminamos convirtiéndonos en Metal Industrial. Y la cosa fue bien.
    Al cabo de un tiempo salí a explorar a ver qué pasaba. Nos encontrábamos en un conglomerado de partículas iguales y me di cuenta de que el tiempo había pasado sin que nos enteráramos. Ahora formábamos parte del núcleo de una estrella. Las fuerzas dictadoras nos habían organizado, formando núcleos. Alrededor había uranio, plutonio y algo de hierro. Entendí qué había pasado: las fuerzas nos habían unido con otras hasta formar el núcleo de algo parecido al uranio y por la huida de partículas nos habíamos convertido en hierro. Corrí a contárselo a Metatrón y cuando estaba llegando otra explosión enorme nos lanzó al espacio.



     Acabamos en un sitio parecido a la Tierra. Seguíamos formando parte del núcleo de hierro y montando conciertos. De vez en cuando yo salía a explorar y fui viendo como el entorno iba cambiando. Al principio hacía calor, después la cosa se fue enfriando y algunas partículas se juntaron de nuevo dando lugar a agua. Otras empezaron a juntarse y crearon unidades de vida muy pequeñas. Nosotras seguíamos en el núcleo tranquilamente. Pasó bastante tiempo antes de que volviera a salir. Pero cuando lo hice me enteré de que estábamos en una célula sanguínea de un dinosaurio. Se lo conté a Metatrón y nos preparamos para lo peor …meteorito y caput. Pero no ocurrió. Así que me tranquilicé y me dediqué a disfrutar de los conciertos de Metal que dábamos. 
    El sofá es bastante caprichoso y me devuelve a nuestro espacio-tiempo cuando quiere y yo no quería que me pillara sin despedirme de Metatrón. Así que le di un abrazo y salí al exterior a esperar a que el sofá me trajera de vuelta. Curiosamente, nuestro núcleo de hierro había terminado en la cuerda de una guitarra del grupo de música más famoso del momento, Utállica. 

     
    El mundo en el que me encontraba era semejante al nuestro salvo por una cosilla. ¡Había dinosaurios vivos! En ese momento los humanos estaban preocupados con el origen del universo. De hecho me encontraba en la ciudad de Donde y, al pasear junto a un lago precioso, me encontré este cartel.

    De repente me topé por casualidad con el Profesor Chorringer. Un tipo majo. Aprovechando el momento le dije que me contara lo de la física Tántica. Parece que el nombre lo usan para explicar que la carga eléctrica sólo puede ser múltiplo de la carga del electrón y lo llaman ‘tanto’. El Profesor Chorringer me contó que estaba estudiando las partículas del Jeavy Metals Land, que es como llaman a su Tierra.

    

     Su explicación de la física Tántica tenía mucho éxito. Su teoría explica que las partículas subatómicas no son lo que parecen. Había experimentado lanzando partículas contra una pantalla a través de unas rendijas. Unas veces miraba y otras no. Cuando miraba las partículas se comportaban como balas. Impactaban tras las rendijas de forma similar a lo que harían si fueran balas. Pasaban por una rendija o por la otra. Sin embargo, si se iba y no observaba las partículas hacían lo que les daba la gana. Era como pasaran por las dos rendija a la vez.  
    Así que, en ausencia de mejor explicación, había supuesto que las partículas son grandes aficionadas a la fiesta y a la musica, pero son tímidas. Su teoría es que cuando nadie mira hacen lo que les da la gana. Se mueven incluso en alguna dimensión que sólo ellas conocen. Por eso aparecen en la pantalla áreas con más sombra y areas con más claridad. El Profesor Chorringer dice que la única forma de explicar ese fenómeno es considerar que se trata de un festival de música con distintos escenarios. Hay zonas con más público y zonas con menos, dependiendo de la música.


     Yo me callé, no iba a contarle lo de Metatrón, pero había acertado de pleno. Aprovechando el momento le pregunté si le sonaba el Gato de Schrödinger. Me dijo que él tenía un gato y que, en broma, su sobrino le había puesto ese nombre. Me despedí y le aconsejé usar el gato para hacer más comprensible lo de las partículas. Me puso cara de extrañeza pero se marchó silbando unas notas que a mí me recordaron mucho a lo que Metatrón y yo tocábamos en el núcleo de hierro. 
    Ya os podéis imaginar que en un abrir y cerrar de ojos el viaje acabó, justo cuando iba a la charla del Profesor Chorringer.
    Me queda una duda final: ¿tuvo mi presencia algo que ver con la creación de ese universo? Es posible. Sin ser yo consciente había aportado materia extra así que igual fui la responsable de que se formara. Esa duda me acompañará toda la vida.

NOTA ACLARATORIA:
    Los personajes, la historia y los argumentos no guardan ningún parecido con la realidad. Me he tomado todas las licencias narrativas que existen y alguna más que me he inventado. Por eso esta majadería no pretende ser un manual sobre la creación del Universo, simplemente un divertimento que genere curiosidad. Agradezco a mi cuadrilla, en especial a Iñigo, sus preguntas. En muchas ocasiones mis majaderías son resultado de nuestras quedadas.
    ¡Ah! Y si hay expertas o expertos en física de partículas o cualquiera que entienda de este tema: mis más sinceras disculpas por este relato alejado de la realidad. Ya sé que el experimento de la doble rendija no es de Schrödinger es de Thomas Young, pero era más divertido meter a un gato en la historia.

Sugerencia: 
Si queréis un paseo por la Mecánica Cuántica os recomiendo @FisicoDelMal 

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