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Historias de ciencia

Estoy absolutamente convencida de que si os digo que voy a hablar de historia pensareis que os voy a hablar de sucesos acontecidos en el pasado. Seguramente creeréis que se trata de una materia relacionada con lo que, generalmente, denominamos letras. ¿Qué me diríais si os digo que la historia y la ciencia son más cercanas de lo que pensamos?
    Parece que ambas estás alejadas la una de la otra, sin embargo, no es cierto. La historia se nutre de la ciencia y la ciencia, por supuesto, lo hace de la historia. Todos tenemos sesgos y eso nos lleva a pensar que la ciencia, en ocasiones, es la superior y que la historia es una mera sucesión de sucesos sucedidos sucesivamente. ¿Seguro que es así?  
    Para comenzar os diré qué es para mí la ciencia:
    “La ciencia es el funcionamiento del universo, desde lo más grande a lo más pequeño, que como humanos tenemos intención de desentrañar y desenmarañar con el objetivo de sobrevivir y hacerlo cada vez mejor. La ciencia está, no se crea. Sin embargo, lo que sí creamos es el lenguaje en el que la expresamos. Su expresión es, por tanto, creación humana pero en ausencia de humanos la ciencia está.” (Sonia Fernández, 2022)
    Evidentemente os debo dar mi versión de lo que es la historia:
    “La historia para mí, es el compendio de acontecimientos que siguen un orden cronológico y que pretenden explicar las circunstancias, contextos y personas involucradas. Generalmente se trata de una narración coherente que se expone en un espacio-tiempo concreto y cuyo objetivo es la comprensión del mundo y de su evolución desde un punto de vista humano” (Sonia Fernández, 2022)
    Como habréis comprobado se trata de mis propias de definiciones que son subjetivas y sesgadas. Por supuesto. Se trata de una mera aproximación con un único objetivo: contextualizar mis ideas y mis palabras. 
    ¿Son separables la una y la otra? No, creo que no. La ciencia encuentra en la historia el registro de casi todo lo acontecido anteriormente, desde los modos de comprender el mundo hasta la biografía detallada de cualquiera que haya aportado a la ciencia. Asimismo encuentra preguntas que la humanidad ha querido responder desde antaño.
    En sentido inverso, la historia halla en la ciencia la certeza de sus suposiciones, dataciones, evolución o la ratificación de hechos que, tal vez, deban pasar por un filtro de prueba para demostrarse ciertos.
    Me he dado un paseo por alguna de las historias narradas desde la ciencia. Historias de la ciencia, donde tienen cabida la biología, la física, las matemáticas… Pequeños fragmentos donde las diversas disciplinas que comprenden eso que denominamos ciencia se unen a la historia para aclarar o dar un punto de vista diferente a lo que conocemos, sabemos y que nos permite entender el mundo y sus normas.


    Si echáis un vistazo a la página web de la Cátedra de Cultura Científica  bajo la etiqueta de historia, encontrareis diferentes entradas. Unas relacionadas con descubrimientos. Otras sobre hechos pasados que tienen como objetivo explicar desde un punto de vista científico lo que aconteció. Hay, además, algún intento de investigación que no salió bien pero que tuvo relevancia posteriormente. Todas estas entradas permiten encontrar validez a narraciones ya existentes que buscan en la ciencia otro punto de vista distinto para ratificar lo sucedido o contar la ciencia desde otra perspectiva distinta.
    Hay para todos los gustos. Prehistoria, arte, música, guerra. Todas beben de la historia y todas pretenden dar una explicación a lo que allí encontramos. Os recomiendo que leáis algunas de ellas, a mí me ha gustado especialmente La improbable vida marciana, donde se unen historia, errores, ciencia y ficción. 
    En las distintas entradas leeréis narrativas que se nutren de diversas y variadas fuentes. La lista es bastante amplia: antropología, física, bioquímica, genética, matemáticas, lingüística, arte y un largo etcetera de disciplinas. En esas historias hay fuentes directas que surgen de los descubrimientos de objetos, de diarios o cartas, biografías e, incluso, de nubes en cuadros que nos pueden acercar a lo que aconteció en el pasado. 
    No siempre es sencillo ver la conexión directa entre un hallazgo y un hecho por lo que, en algunos casos, la deducción y la vinculación a través de métodos indirectos tiene cabida. Es en este caso cuando hablamos de análisis estadísticos, dataciones, búsquedas de vinculación entre textos y hechos que, en un primer momento, no parecen conectados. Sin embargo, todos estos elementos resultan útiles para aportar información, contextualizar y dotar de certeza a determinados hallazgos.
    La imagen que los artículos dan de la ciencia es la de una constante preocupación por la evolución, el desarrollo, la supervivencia y las conexiones humanas pero especialmente por la compresión de la evolución humana y su capacidad de descubrir, hallar, cambiar, adaptarse y modificar el entorno.
    La historia de la ciencia pretende dar un contexto a hechos relacionados con la ciencia o, para ser más explícitos, con el conocimiento, su influencia en los acontecimientos y la evolución social.
    No se trata de una vía unidireccional ya que la historia también bebe de la ciencia. Las diferentes disciplinas científicas alimentan la historia validando, confirmando o contextualizando los hechos. Por ejemplo, en esta entrada (Ikuspegia) la clave está en la relación a lo largo de la historia humana con los virus. De ellos surgen las pandemias que han sido tan influyentes en el desarrollo de la humanidad. Para entender cómo una pandemia afecta a la historia no es suficiente analizar los sucesos anteriores y posteriores a la misma. Se debe comprender de una manera más amplia cómo la evolución humana y social descansan en muchos procesos que no tienen como único sujeto a los humanos.
    En definitiva, la historia y la ciencia (ya veremos en la siguiente entrada si ciencia o ciencias) van de la mano, se influyen y desde luego pueden ser causa y consecuencia la una de la otra. Creo que son absolutamente inseparables. En mi opinión no es viable comprender ninguna de ellas de forma aislada, se explican mutuamente. A pesar de que en el imaginario social se perciben alejadas, en realidad su cercanía es, al menos para mí, indiscutible. Pienso que si te aproximas con sigilo y las sorprendes…la sensación que trasmiten es de interés mutuo. 


Referencias:

    

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