Ir al contenido principal

Entre el mal y el bien…un momento

Un momento, un breve instante y todo había cambiado. Apenas transcurrió el tiempo que dura el aleteo de una libélula sobre un bambú.
    Un lapso tan pequeño que pasaría inadvertido para cualquier ser humano e, incluso, para una diosa por poderosa que fuera.
    Una milésima de tiempo, tan leve como la duración de la chispa de un pensamiento.
    Una fracción tan minúscula de intervalo entre un segundo y otro que podría decirse que casi había rozado la velocidad de la luz.
    Eso había salvado a la mujer.

Libélulas sobre bambú
Dibujo a lapiz de @GabyBlackart


    Sí, una ridiculez temporal, una brizna de tiempo, una migaja de segundo. Si no hubiera transcurrido esa pequeñez, ella habría sufrido.
    Habría sufrido las consecuencias de que un pensamiento no se hubiera convertido en otro, de que ese breve momento de oscuridad y furia no se hubiera convertido en resignación y entendimiento.
    Habría sido terrible que aquel incidente se hubiera convertido en algo más que una contingencia de la vida. Un hecho efímero en la eternidad que, gracias a un momento de pausa, de distracción y a media respiración, no desencadenó un acto de venganza, de respuesta al oprobio que aquellas gotas de agua habían inflingido.
    La mujer se salvo gracias a ese momento. Creo que nunca imaginará que al entrar en el vagón de metro y sentarse su integridad quedara a merced de un cambio que duró en un momento.
    Sí, así fue. Ella no se percató de nada cuando al entrar y sentarse sacudió su paraguas. No se dio cuenta de que durante un instante mi cabeza quiso abalanzarse sobre ella y descargar mi furia. Nada le dio la más leve pista de que había transcurrido un momento desde que las gotas de su paraguas habían mojado mi cómic, mi cerebro quiso pegarle y mi alma, más bondadosa que mi cerebro, me convenció de que era mejor dejarlo pasar…al fin y al cabo en un momento mi cómic estaría seco de nuevo.




Este microrrelato ha sido creado para Divagacionistas con el tema Momentos.


Comentarios

  1. Desde luego en ese momento la rabia que te invade es mayúscula, por suerte pudo controlarse. Me encantó. Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más visto

Dale cariño a una científica

Lo que más ha gustado

Dale cariño a una científica

Una vez tuve un sueño que casi se cumple, pero un error de cálculo ha impedido que sea posible. No pasa nada, no os lo puedo enseñar completo, pero os puedo contar como ha sido y que veáis una pequeña muestra de ello.      Todo empieza, en ocasiones, con algo que no encaja. ¿Os ha pasado? A mí muchas veces.        A principios de curso me di cuenta de que hay muchas y fantásticas iniciativas para dar a conocer a las mujeres científicas. Durante muchos años me he propuesto acercar a mis estudiantes a estas mujeres y, en la mayoría de las ocasiones, para ello les he pedido un trabajo, un póster o una presentación sobre alguna científica de su elección para exponerlo en clase.      Harta de repetir lo mismo de múltiples formas, por fin me di cuenta de que algo no encajaba en esas exposiciones y trabajos. ¡Faltaba cariño! Aprendían los datos de la científica y los escupían con mayor o menor fortuna para un público poco entregado y con ganas...

Descubriendo a Betty Molesworth

Betty Molesworth surgió en una conversación, en concreto, de botánica. Estábamos Eduardo Bazo y yo enzarzados en una charla muy amena, como son siempre las charlas con Eduardo ( @loeflingia ). Mencionó el tema de las mujeres que han hecho contribuciones a la ciencia y al conocimiento que resultan muy relevantes, pero que a menudo olvidamos o ni siquiera conocemos. Betty Molesworth está entre ellas. Ilustración de Ane Laburu     La busqué, pero no había mucha información sobre ella. Le pedí ayuda a Eduardo porque quería saber más. Me envió el artículo que había publicado en Hidden Nature   y, cuando empecé a leer la historia de Betty, pensé: «Me habría encantado que fuera mi abuela. ¡Qué mujer más intrépida, peleona y generosa!» Imagen de The British Fern Gazette     Y así fue como surgió la idea de empezar a investigar sobre la vida de Betty Molesworth. Me resultó interesante desde el principio y, poco a poco, fui descubriendo su vida. De esa forma su...

May the ´Darth´ side of the Science be with you.