Pues por tres razones simples: Star Wars, la ciencia y el mal. Está muy claro, ¿no?. No, seguramente no, así que supongo que a los que estéis aquí os parecerá bien que me explique un poco más. Star Wars, fue mi primer contacto con el espacio, las naves, Darth Vader, Leia y R2D2. Cada uno me aportó una cosa distinta. Salí del cine feliz. Tenía 4 años y desde entonces me han acompañado la fuerza y el lado oscuro de la fuerza. Sí, el lado oscuro también. No hay luz sin oscuridad. La ciencia llegó más o menos por la misma época. Mi abuelo había sido marino y había recorrido medio mundo. Le encantaba la física, la astronomía, y los barcos. Lo primero que me enseñó fue cómo rotaba la Tierra alrededor del Sol. Y siempre me dejaba hacer experimentos, que normalmente ensuciaban, explotaban o quemaban. Nos divertíamos muchísimo. Y esto enlaza con el mal, porque la verdad es que hacer explotar cosas creo que en todos provoca algún tip...
Últimamente oigo hablar mucho de “bacterias superresistentes” (si pincháis en este enlace la OMS indica cuáles son) y, además, parece que el hecho de que sean tan “super” es nuestra. Eso sí, os tengo que confesar que cuando alguien me habla de bacterias resistentes (de hospital las suelen llamar) me imagino a una Escherichia coli dando un concierto a una multitud de bacterias y cantando lo siguiente: Imagen propia Me imagino que no tendréis ninguna dificultad para adivinar la melodia que acompaña ¿no? Bromas aparte, la cuestión es si esto debe preocuparnos y tengo la impresión de que la respuesta es sí. ¿Debe preocuparnos la resistencia de las bacterias? Somos personas y casi siempre tendemos a buscar culpables para nuestros fracasos. Este caso no iba a ser menos y le hemos echado la culpa de la bacterias más fuertes y resistentes a los antibióticos, pero yo no estoy segura de que sea así. ...