Ir al contenido principal

Fundido a negro

¡Noooooooooo! No voy a poder seguir. No sé qué ha pasado, pero siento que estoy entrando en pánico.
    Nunca me había sentido así. Llevo años planeando esto y ahora no sé qué voy a hacer. Me siento sola, aislada, deprimida y al borde de un ataque de pánico.
    ¿Qué hago a cinco mil kilómetros de casa en estas condiciones? No tenía que haber venido.
    Lo peor es que mis contactos no se van a enterar. Nadie sabrá qué pasa y perderé todo aquello por lo que he peleado. ¿Y mi familia? La siento tan lejos.
    No hay solución. No tengo ni idea de cómo resolverlo y tardaré dos días más en llegar a un lugar civilizado. Tendrá solución, pero lo que he perdido ya no volverá.
    No tenía que haberlo hecho. Siempre me dicen que soy descuidada y que no me preocupo más que de tonterías y hoy, precisamente hoy, me he dado cuenta de que tienen razón.
    Si hubiera prestado atención a lo que estaba haciendo, esto no habría pasado. No sé qué hacer aquí. Nadie habla mi idioma y, aunque lo hablaran, dudo mucho que tuvieran lo que necesito.
    ¡Quiero volver a casa! Me siento mal, noto una presión en el estómago terrible, la cabeza me da vueltas y no creo que mejore. Me han dejado sola porque era lo que yo había pedido y no sé cómo poder comunicarme con esta gente para explicarles qué me pasa.

Fundido a negro


    Al llegar, estaba feliz y ¿ahora? Estoy abatida, terriblemente disgustada y asustada.
    Mira que lo había apuntado y que anoche pensé que lo había hecho, pero no, no me di cuenta. Cuando he visto que se volvía negra, he gritado. No lo entienden, lo sé, pero es terrible.
    ¿Por qué no se me ocurrió cargarlo? Y lo que es aun peor, ¿dónde está mi cargador? Me lo he dejado en el hotel y ahora me quedan dos días aquí, dos días completos sin poder subir fotos a redes sociales, sin anunciar a todo el mundo que estoy en un lugar donde nadie que conozco ha llegado. Mis seguidores me dejarán de seguir y mi tan anunciado viaje a los confines del mundo se perderá. Nadie más que yo sabrá que he estado y eso es horrible. Lo veo todo negro, creo que me voy a desmayar.

Microrrelato creado para la iniciativa de Divagacionistas con el tema #relatosNegro

Otros microrrelato en Divagacionistas



Comentarios

  1. Y yo pensando que había viajado a otra dimensión!! Jajaja, que malas son las redes sociales!! Estupendo relato, Dark, me encanta el giro que da la historia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más visto

Algo muy pequeño escondido al fondo

Lo que más ha gustado

Algo muy pequeño escondido al fondo

—¡Un sobre, un sobre! — grité cuando lo vi.      En alguna ocasión os he contado que, desde muy pequeña, quienes bien me quieren NO me han hecho llorar, al contrario, me han hecho disfrutar y han alentado mi curiosidad con regalos que me han permitido entender algunas de las maravillas que nos rodean…esqueletos, juegos de química, microscopios, muchísimos libros y algún que otro sobre.      El 6 de enero de 2019 me encontré con uno de estos sobres y dentro: un viaje a Ginebra para visitar el CERN . ¡Iba a ir al lugar donde cogen partículas, les dan una velocidad propia de Star Wars y las hacen chocar!      Os podéis imaginar la ilusión que me hizo ir donde se busca lo elemental, y cuando digo lo elemental, quiero decir aquello de lo que está constituido todo, y que ningún ojo puede ver, lo más pequeño de lo pequeño.      Tras los besos, los abrazos, las gracias y algún que otro grito de entusiasmo, la cabeza me iba a mil y me a...

Y….¿por qué?

Pues por tres razones simples: Star Wars, la ciencia y el mal. Está muy claro, ¿no?. No, seguramente  no, así que supongo que a los que estéis aquí os parecerá bien que me explique un poco más.     Star Wars, fue mi primer contacto con el espacio, las naves, Darth Vader, Leia y R2D2. Cada uno me aportó una cosa distinta. Salí del cine feliz. Tenía 4 años y desde entonces me han acompañado la fuerza y el lado oscuro de la fuerza. Sí, el lado oscuro también. No hay luz sin oscuridad.      La ciencia llegó más o menos por la misma época. Mi abuelo había sido marino y había recorrido medio mundo. Le encantaba la física, la astronomía, y los barcos. Lo primero que me enseñó fue cómo rotaba la Tierra alrededor del Sol. Y siempre me dejaba hacer experimentos, que normalmente ensuciaban, explotaban o quemaban. Nos divertíamos muchísimo.      Y esto enlaza con el mal, porque la verdad es que hacer explotar cosas creo que en todos provoca algún tip...

May the ´Darth´ side of the Science be with you.